El gobierno iraní anunció ayer que dejará de cumplir algunos de los compromisos del acuerdo nuclear internacional firmado en 2015. En su discurso televisado, el mandatario de Irán, Hasan Rohani, explicó que desde ahora no van a vender el uranio enriquecido ni el excedente de agua pesada y que además producirán estos elementos de forma ilimitada. Según explicó Rohani, su acción es en respuesta a la decisión unilateral de Estados Unidos de retirarse de ese pacto el año pasado y reestablecer, consecuentemente, las sanciones al país islámico. Como parte del anuncio, Rohani también afirmó que da un plazo de 60 días al resto de los firmantes del pacto, China, Francia, Inglaterra, Rusia y Alemania, para que cumplan con las exigencias de Irán.
Al poco tiempo de hacerse pública la decisión iraní, Estados Unidos reaccionó anticipando nuevas sanciones para al país islámico que apuntan a los sectores del hierro, acero, aluminio y cobre, al tiempo que advirtió a Europa sobre “las consecuencias de ceder al chantaje iraní”. Un rechazo similar mostró por su parte el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Irán, sin embargo, tuvo el apoyo de China y Rusia.
“Desde este miércoles la República Islámica de Irán no se considera comprometida a respetar parte de lo acordado”, explicó Rohani y señaló que estas medidas se enmarcan en el acuerdo de Viena que permite a las partes firmantes suspender parcial o totalmente algunos de sus compromisos en caso de incumplimiento de otro de los integrantes. El año pasado luego de retirarse unilateralmente del acuerdo, Washington volvió a imponer sanciones a Irán en el sector bancario y petrolero.
“Si durante estos 60 días se mantienen nuestros principales intereses, especialmente la venta del petróleo y la eliminación de sanciones bancarias, volveremos a las condiciones anteriores”, lanzó Rohaní. De no ser así, advirtió, tomarán otros dos pasos: por un lado dejarán de comercializar uranio y por el otro dejarán de vender agua pesada. Estos dos caminos que abrió Irán ante la imposibilidad de acordar posiciones con Estados Unidos permitirán al país islámico una elevada producción de uranio con fines nucleares, algo que en el acuerdo estaba regulado, y una concentración sin límites de agua pesada otro material usado para la fabricación de bombas nucleares.
“El acuerdo sigue en pie. Anunciamos nuestra reducción, no nuestra salida (...) El acuerdo necesita una cirugía pero para salvarlo no para destruirlo”, explicó el presidente iraní. Luego insistió en que su país no abandonó la mesa de negociaciones, dejando en claro que está dispuesto a dialogar. “Hoy estamos empezando la negociación con un nuevo lenguaje. Ahora es jurídico, mientras que ayer era diplomático y amistoso”, finalizó Rohaní. “Este es un intento de chantaje bastante flagrante”, dijo en tanto Tim Morrison, director para Armas de Destrucción Masiva en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. “Europa debería resistirse a esto y presionar a Irán para que vuelva a la mesa negociadora para llegar a un acuerdo nuevo”, opinó Morrison quien además insistió en retomar la política de mano dura contra Teherán. Por su parte, el secretario de Estado Mike Pompeo viajó al Reino Unido donde dio una conferencia junto al emisario estadounidense para Irán, Brian Hook. Allí los ingleses le advirtieron a Teherán que no tome más medidas porque aseguraron que de lo contrario sufrirá consecuencias. Francia, en sintonía, también le pidió a Irán que siga respetando el total de sus obligaciones nucleares y le exigió que se abstenga de aplicar cualquier medida que viole los compromisos asumidos.
El presidente ruso denunció que el país islámico es víctima de una presión internacional. Horas más tarde, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y ambos coincidieron en denunciar el comportamiento “irresponsable” de Estados Unidos. “Rechazamos las acciones estadounidenses que lleven a una escalada de tensión en torno al acuerdo nuclear con Irán”, dijo por su parte el portavoz del ministerio chino de Asuntos Exteriores, Geng Shuang.