El fútbol inglés tendrá su noche de esplendor el próximo 1º de junio, cuando el Liverpool y el Tottenham Hotspur se enfrenten por la final de la Champions League, en Madrid. Los dos equipos cumplieron actuaciones deslumbrantes en las revanchas de las semifinales, ante rivales de la jerarquía de Barcelona y Ajax. El último que hizo explotar el corazón de sus seguidores fue el conjunto del santafesino Mauricio Pochettino, que revirtió el resultado de manera memorable para ganar 3-2, en Amsterdam, y sellar su clasificación. El delirio envolvió a los propios jugadores del ganador, entre los que se encuentran los argentinos Erik Lamela, Juan Foyth y Paulo Gazzaniga, y llenó de frustración a los locales, con la presencia del ex Independiente Nicolás Tagliafico, y de Lisandro Magallán.
La dinámica que le imprimen los equipos ingleses al juego, que se puede observar con precisión en la liga de ese país de manera permanente, tiene que ver con la concepción que tienen para lograr las metas. En ese sentido, llegan al objetivo por una vía más noble. “Ellos no piensan en ganar como premisa, lo primero que piensan es en hacer goles. De esa manera, saben que los goles le van a permitir ganar, por eso es un fútbol noble”, le cuenta a PáginaI12 Daniel Ciresa, un argentino radicado en Europa que analiza con precisión las distinas ligas de ese continente.
“La liga inglesa es la mejor porque todos los equipos piensan en el arco rival. Atacar permanentemente también tiene sus riesgos, porque saben que pueden recibir goles en cualquier momento. Por ese motivo los resultados son amplios: 4-3, 5-4”, remarca Ciresa.
La gran figura en la noche holandesa fue el brasileño Lucas Moura, autor de los tres goles del conjunto londinense. La presencia de extranjeros en Inglaterra también es un punto que provoca controversia, debido a que los futbolistas locales suelen quedar relegados. “Es inevitable que no incorporen jugadores de otras nacionalidades, por el poder económico que poseen. Pero los que llegan deben acomodarse a ese estilo de juego, que es característico en todos los equipos, del primero al último. Inclusive, los técnicos que no son ingleses también entienden cómo se debe jugar en el país. El que especula no tiene lugar”, añade Ciresa.
Pochettino es uno de ellos, que dirige al finalista de Europa desde 2014, y jugará su primera final de la historia. Liverpool afrontará la novena definición con cinco títulos obtenidos: 1977, 1978, 1981, 1984 y 2005. Además, el equipo donde se destaca el egipcio Salah tiene tres subcampeonatos: 1985, 2007 y 2018. El último antecedente entre dos equipos ingleses para una final se dio en 2008, cuando Manchester United, con Carlos Tevez, venció por penales a Chelsea.