El presidente brasileño Jair Bolsonaro renovó su cruzada contra la instalación de radares de velocidad en las rutas. Luego de que se negara a instalar los 8 mil aparatos y que fallos de primera instancia lo obligaran a reponerlos, el ultraderechista argumentó que es necesario eliminarlos por completo "porque son tragamonedas que quitan dinero al pueblo y el placer de conducir". De acuerdo a una investigación del diario Folha de Sao Paulo, tanto el ex capitán del Ejército como su familia suelen apretar el acelerador por fuera de los límites establecidos. Todos juntos acumulan más de 40 infracciones de tránsito en los últimos 5 años.
El presidente prometió a principios de abril en las redes sociales suspender la instalación de más de 8 mil radares electrónicos en carreteras del país y hacer una auditoría a los contratos para comprobar su "real necesidad". La medida de Bolsonaro fue criticada por expertos y por las concesionarias, aunque luego la jueza Diana Wanderlei impuso una multa diaria de 50 mil reales por unidad de equipo retirado de circulación o apagado, al citar la necesidad de “reducir la mortalidad causada por accidentes en las carreteras federales de Brasil ".
Bolsonaro volvió a reavivar la polémica anoche en una entrevista televisiva y desafió a todos sus detractores al afirmar que tiene pensado eliminar todas las renovaciones de licencias de radares para el año entrante, en desacato con la orden judicial que también lo exhortaba a continuar con los contratos. “Una vez que se cumpla el contrato con los radares ya instalados en las rutas nacionales, no los vamos a renovar", sentenció. El ministro de Infraestructura de Brasil, Tarcisio de Freitas, ratificó que su área "ya no habilita nuevas instalaciones" de radares
“Es hora que en Brasil recuperemos el placer de conducir", continuó para justificar otra medida cuestionada por todos los opositores. Y recurrió a datos concretos para sostener su idea, que luego fue refutada por los medios locales con informes oficiales. "Este año, con menos radares, en Semana Santa hubo menos accidentes fatales que el año anterior", subrayó. El Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte destacó que hoy hay sólo en operación 265 aparatos que monitorean 560 franjas en Brasil, por lo que ya había recomendado que para alcanzar el total necesario sería necesario cubrir cerca de 6.400 pistas.