“Este gobierno se ha dedicado a destrozar el sistema de ciencia y tecnología. Además, la situación actual que afronta el sector deja entrever otra promesa de campaña incumplida. La vocación ha sido reducir, reducir y reducir”, señala Daniela Castro, diputada nacional por San Juan y presidenta de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación. Y, luego, vincula esta situación con el último gran espectáculo: una científica de Carrera en un concurso de preguntas y respuestas para intentar sobrevivir a la caída generalizada: “El asunto es que ni siquiera están transfiriendo los fondos ya asignados. Finalmente, cuando el dinero llega es tal la devaluación que la plata no alcanza porque el dólar sube todos los días”. En esta línea lo expresa Mario Pecheny, doctor en Ciencias Políticas y director electo del Conicet por Ciencias Sociales y Humanidades: “Es cierto, la situación de la ciencia y la técnica en el país fue puesta en el tapete como nunca antes con la visita de Marina Simian a ‘Quién quiere ser millonario’, pero los que pertenecemos a la comunidad conocemos el escenario hace bastante. El desfinanciamiento, la no retención de recursos humanos valiosos y la falta de planificación total han quebrado el proceso virtuoso de crecimiento que había iniciado el gobierno anterior”.
Una seguidilla de episodios lo demuestran. Una investigadores del Consejo que se presentan a concursos televisivos con el propósito de ganar dinero porque el Estado no entrega los subsidios que ya fueron asignados en años anteriores; directores de institutos que el mes pasado se reunieron en Córdoba para manifestar su descontento y desarrollar planes de acción para combatir la incertidumbre que caracteriza la actualidad de los laboratorios; más de 2 mil doctores hipercalificados a los que el Estado les cierra la puerta quedan afuera de la Carrera del sistema y planifican su exilio.
La llave para comprender el malestar generalizado, sin embargo, no es tanto de coyunturas sino de “estructuras” y “modelo de desarrollo”. Se trata de un gobierno que no apuesta al conocimiento y privilegia, por el contrario, una orientación diferente: “Está claro que el modelo de país prioriza la política financiera y deja a un lado la producción autóctona. Como resultado, tampoco habrá espacio para la educación, la ciencia ni la tecnología. Se continúa reeditando el esquema agroexportador y no se pondera la posibilidad de desarrollar uno industrialista”, apunta Castro.
Durante su campaña, Mauricio Macri había prometido llevar a 1,5 por ciento el porcentaje del PBI en CyT y hoy el horizonte se ubica muy lejano. En el Legislativo, desde hace tres años, está en discusión la Ley de Financiamiento en Ciencia y Tecnología que tiene media sanción del Senado y que debería pasar a la Cámara Baja. “Desde hace años estamos insistiendo que se trate y con la situación actual nos parece de una centralidad manifiesta. Establece llegar al 2030 con una inversión del 3 por ciento del PBI, lo cual se revela bastante complejo porque al ser sancionada en 2016 ya van tres años y no se ha ajustado el coeficiente”, describe Castro. El texto normativo, presentado por el legislador santafesino Omar Perotti, también establece incrementos progresivos anuales en el área y destaca prioridades para el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (Cofecyt) y su representación en las provincias. “El parlamento debe votar de una vez por todas esta ley. Garantizaría un piso de presupuesto y otorgaría previsibilidad respecto de los años siguientes”, afirma Pecheny.
Mientras tanto, Lino Barañao –máxima autoridad del área– y Alejandro Ceccatto –presidente del Conicet, de licencia– serán condecorados en la embajada que Francia tiene en Buenos Aires. Según el documento, obtienen el reconocimiento de parte del Centro Nacional para la Investigación Científica de aquella nación gracias a “sus aportes al avance de la ciencia y la tecnología en Argentina y/o a sus contribuciones al intercambio científico entre Francia y Argentina”. La contradicción es profunda: “Muy pocos dudan acerca de sus trayectorias como académicos y científicos, pero en sus funciones políticas han dejado muchísimo que desear. Van a contramano de lo que hace años atrás hacían. Barañao fue ministro de dos gobiernos diferentes, es imposible. Su actitud es inaceptable”, concluye Castro.
El área de las Ciencias Sociales y Humanidades es la más golpeada por el ajuste presupuestario. Desde esta perspectiva, el hecho de que carezca de un representante en el directorio del Conicet adiciona un nuevo problema. Dora Barrancos, tras una década al frente de su conducción (2010-2018), dejó ayer su cargo. Mario Pecheny fue electo a mediados de 2018, aunque su designación aún no fue confirmada por el Gobierno. De aquí en más, el espacio quedará acéfalo hasta que Macri firme el decreto. El otro afectado es el doctor en Ciencias Químicas Alberto Kornblihtt, quien se impuso ampliamente en las elecciones del año pasado y debería ocupar su lugar como representante por el área de Ciencias Biológicas y Salud.
“La actitud de Dora Barrancos fue democrática y racional. El Conicet tiene sus reglas de juego muy claras, junto a Alberto fuimos votados y deberíamos ocupar el Directorio. Sobre todo, reafirmo esta convicción en momentos tan sensibles, con tantas demandas insatisfechas por parte de los investigadores. No puede tardar un año el decreto, claramente no es una cuestión de impericia burocrática sino de decisión política”, opina Pecheny. Y, luego, continúa con su argumento: “Conicet se ha visto muy resentido por los permanentes cambios en sus reglas de juego en los concursos de ingresos y en el otorgamiento de subsidios. El manejo político es totalmente arbitrario, ya que ignora la voluntad de los miembros que nos votaron hace un año. Estamos perdiendo el tiempo, no nos dejan trabajar”.
El Ejecutivo Nacional demora la designación, como lo hizo en su momento con Roberto Salvarezza, aunque esta situación terminó judicializada y se resolvió finalmente cuando ya había asumido como diputado. “Desde el Legislativo hemos hecho innumerables pedidos de informes y Marcos Peña nos dice que no tiene plazo obligatorio el PEN para realizar tal acción, con lo cual creemos que solo se trata de falta de voluntad política”, subraya Castro.