“No existe ninguna discusión para modificar el cronograma de repago de la deuda. Estamos enfocados en la implementación del programa vigente que está diseñado para asegurar que el país cumpla con sus obligaciones”, aseguró el vocero del Fondo Monetario Internacional, Gerry Rice, al desestimar la existencia de negociaciones para aliviar la carga asociada a la devolución del préstamo por más de 57 mil millones de dólares solicitado hace un año por el gobierno de Mauricio Macri. “Los pagos de la deuda pueden cumplirse, preferiría no hacer especulaciones”, expresó el funcionario durante una conferencia de prensa en la sede del Fondo en Washington. Una nueva misión del FMI arribó al país el miércoles para evaluar la implementación del programa de ajuste y reformas.
El próximo presidente heredará vencimientos de capital e intereses en moneda extranjera por 149.000 millones de dólares tomando la deuda con acreedores privados y organismos internacionales. Esa mochila será tres veces más pesada que la recibida por Cambiemos al comenzar su gestión. Como el cronograma de pagos no es regular, las nuevas autoridades deberán cancelar a lo largo de un solo año, 2022, un monto similar al recibido por Mauricio Macri para todo su mandato. Devenido en el principal acreedor individual del país, al FMI le corresponden 1 de cada 3 dólares de los pagos de deuda que deberá asumir el próximo gobierno.
“Nosotros creemos que el programa de políticas económicas implementado por el gobierno está ayudando a resolver las principales vulnerabilidades macroeconómicas de Argentina”, consideró el portavoz del Fondo. El programa de austeridad desplegado para acceder al préstamo del FMI no solo no logró despejar las dudas sobre la capacidad de repago de la deuda argentina sino que exacerbó el escenario de vulnerabilidad financiera. Las renovadas presiones cambiarias llevaron al organismo que encabeza Christine Lagarde a autorizar al Banco Central a vender dólares para intentar administrar la volatilidad cambiaria.
La medida que constituyó una herejía en la historia del Fondo fue resistida por el Staff encargado de seguir el caso argentino pero, con la colaboración del gobierno de Estados Unidos, recibió un respaldo informal del Directorio Ejecutivo del FMI. “Apoyamos estas medidas, que están adecuadamente calibradas para los desafíos que enfrenta la Argentina”, consideró Rice la semana pasada al respaldar los cambios. Las autoridades del Fondo todavía deben validar formalmente pero el respaldo comunicado ofrece una garantía transitoria para el gobierno. En ese encuentro se definirá el visto bueno al próximo desembolso del crédito por una suma cercana a los 5400 millones de dólares que recién llegaría el próximo mes.
El vocero del FMI negó que el Departamento del Tesoro estadounidense estuviera involucrado en la herética decisión para habilitar la intervención del BCRA en el mercado de cambios. “No hubo ninguna comunicación ni participación del Tesoro de Estados Unidos en este tema”, señaló Rice. El miércoles Macri se comunicó con su par norteamericano, Donald Trump.Existen especulaciones sobre la existencia de un pedido argentino para que Estados Unidos abra la línea de crédito que dispone para países emergentes en escenarios de profunda inestabilidad financiera.
“No queremos subestimar los desafíos que todavía enfrenta Argentina”, consideró el portavoz del FMI al destacar “el esfuerzo que está realizando el país para tener una economía más abierta ha resultado más complejo que lo anticipado”.