El gobierno nacional dio a conocer un decálogo de supuestas políticas de Estado. Son las siguientes: lograr y mantener el equilibrio fiscal; Banco Central independiente que combata la inflación; mayor integración al mundo; consolidar la seguridad jurídica; cambios en la legislación laboral; reducción de la carga impositiva; consolidar un sistema previsional sostenible; consolidar el sistema federal; sistema estadístico transparente, y cumplimiento de las obligaciones con los acreedores.
Conceptualmente, la idea de buscar consensos para que haya continuidad de políticas de Estado más allá de la coyuntura es correcta. En una convocatoria seria, la oposición debería contribuir a definir objetivos estratégicos para la Nación. Pero esta convocatoria es falsa, insustancial, inconveniente e inviable.
Es falsa porque es puro marketing e intenta embretar a la oposición en una maniobra confusa, divisionista y tramposa. Insustancial porque formula un decálogo genérico. Inconveniente porque trasluce políticas que nos llevaron a la crisis. Por lo tanto el decálogo es inviable.
La “propuesta” remite al Consenso de Washington que llevó a muchos países a situaciones críticas y a sociedades estancadas y más desiguales. Los enunciados recogen los prejuicios cortoplacistas de los mercados financieros. No existe una mirada productivista ni social que haga posible un desarrollo sustentable. Si se transparentan las verdaderas intenciones de Macri, perpetuar el ajuste, dejar un Banco Central aislado del resto de las políticas económicas, profundizar una apertura importadora en un mundo proteccionista, privatizar el sistema previsional, quitar derechos laborales y blindar contratos leoninos y abusivos de los consumidores. La última mención al pago de la deuda es una mera intención inviable con políticas neoliberales que siempre conducen al default.
En febrero de 2019 di a conocer un conjunto de 16 iniciativas para sentar las bases de una Argentina con crecimiento, inclusión social y estabilidad. Son las siguientes: 1) Renegociar con el FMI un programa de crecimiento; 2) una estrategia país de base multipolar sin dependencia a ninguna potencia hegemónica; 3) protección del aparato productivo nacional: Revisar aranceles y licencias de importación; 4) política cambiaria y monetaria para el desarrollo productivo y no para la especulación; 5) regulaciones sobre operaciones especulativas de sectores concentrados; 6) política monetaria y crediticia que fomente el ahorro en pesos y favorezca el crédito a la producción en adecuadas condiciones de acceso; 7) reprogramación voluntaria de vencimientos de la deuda pública para aliviar los próximos años; 8) políticas de Compre argentino; 9) promoción científico tecnológica y desarrollo de cadenas de valor para generar empleo y exportaciones con mayor valor agregado; 10) plan cuatrienal de inversiones públicas; 11) aumento de salarios, pensiones y asignaciones para recuperar salarios reales y políticas de estímulo a la oferta (créditos productivos, reembolsos, subsidios); 12) incremento en el presupuesto de salud y educación; 13) reversión de los tarifazos a niveles adecuados a costos razonables y revisión de los marcos regulatorios para generar inversiones y mejorar el servicio; 14) reforma tributaria con sesgo progresivo y aliento a la producción con alivio a pymes, economías regionales, productos con valor agregado y trabajadores y mayor esfuerzo de altas rentas y patrimonios; 15) fortalecer y mantener el carácter público de la seguridad social; 16) normas laborales que promuevan el empleo y los derechos laborales.
Estas iniciativas junto a otras de la oposición que habrá que enriquecer y compatibilizar pueden sentar las bases de un programa que permita un acuerdo político amplio, coherente y serio que haga renacer al país de las cenizas.
* Ex presidente del Banco Central.