La Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que es foco de sospechas en la causa sobre espionaje ilegal a cargo del juez Alejo Ramos Padilla, presentó en tribunales, asumiendo el papel de víctima, una denuncia contra la abogada Florencia Guijo. La acusan de violar la ley de Inteligencia y poner “en serio riesgo la seguridad nacional” al haber mencionado a un agente ya fallecido del organismo que, según ella, le encomendó la tarea de “coachear” a Leonardo Fariña para que en sus declaraciones como arrepentido hablara de corrupción en la obra pública y comprometiera a Cristina Fernández de Kirchner. La abogada, que declaró en indagatoria en la causa que tramita en Dolores, dijo que había sido contratada para darle herramientas técnicas al empresario y financista que, según su impresión, desconocía aspectos técnicos del tema del cual la Casa Rosada quería que hablara para enchastrar al gobierno anterior. 

La causa donde haría esas alusiones es la que gira alrededor de maniobras millonarias de lavado de dinero del empresario Lázaro Báez y su entorno, y estuvo atravesada por otros episodios que intentaban afectar la investigación, como la falsa denuncia de que el juez del caso, Sebastián Casanello, había ido a la Quinta de Olivos a ver a la ex mandataria, donde también apareció enredado un agente de la AFI. 

Un dato llamativo es que la denuncia de la AFI fue presentada en una causa que inició el propio Fariña por amenazas en el momento que rompió relaciones con sus abogados anteriores, Giselle Robles y Franco Bindi. Dijo que cuando iba camino al programa de Luis Majul recibió amenazas en un número de teléfono que pocos tenían: le decían, supuestamente, que no hablara más o iba a terminar mal. La AFI quiere ser querellante en esa causa, lo que equivale a respaldar al guionado Fariña y tratar de dar impulso a esa causa, que se suma a otras que intentan una contraofensiva que empioje la investigación de Ramos Padilla. “Los dichos de la mencionada (Guijo) agravian a la agencia federal que representamos en razón de ser falaces, malintencionados y direccionados tendenciosamente a poner en tela de juicio el regular funcionamiento de este organismo, comprometer el orden y el interés público”, afirma la denuncia sin dar especificaciones.

Este diario publicó en exclusiva el relato de la abogada Guijo, donde contó: “Yo entrené a Leonardo Fariña para que declare sobre la obra pública. El no tenía la menor idea sobre obra pública”. Dijo que había sido contratada por un hombre de la AFI llamado Raúl Copes, a quien le había hecho un trabajo anterior, que consistía en elaborar una normativa para cambiar el organigrama de la ex Side. Guijo explicó que es abogada especializada en administración pública. 

Lo que dejó claro Guijo al declarar fue que el arrepentido Fariña ya había declarado con un guión elaborado por la AFI antes de que ella lo entrenara el 8 de abril de 2016. Pero como no entendía mucho de lo que él mismo había dicho, la mandaron a darle un curso acelerado de obra pública, que no tenía nada que ver con la causa, y volvió a declarar el 1 de agosto del mismo año. Le explicaba, dijo, conceptos que ya estaban volcados en mails que recibía Fariña. En sus escritos el arrepentido llegó a copiar 32 párrafos exactos de los correos que recibía.  

Según la AFI “Florencia Guijo jamás fue contratada para ninguna labor de ninguna naturaleza por esta Agencia”; dice que incurrió en violación a la ley de Inteligencia al mencionar a Copes, quien trabajaba allí desde 2000 pero para la época de los hechos estaban como delegado en Venezuela (del 24 de abril de 2016 hasta el 1 de mayo de 2017). Por eso pide constatar si en el momento que Guijo refiere un encuentro con él, Copes estaba en Argentina. También dice la AFI que le parece “sugestivo que Guijo sindique como intermediario centre Fariña y ella a un agente de este organismo que se encuentra fallecido”. A la vez dice que revelar su identidad compromete la seguridad nacional, un planteo también sinuoso, precisamente porque está muerto.