La lluvia a cántaros alienta la épica, como si el agua lograra, al empapar a cientos y miles de mujeres y de hombres que se refugian donde pueden en el predio de La Rural, que la pasión por Cristina Fernández de Kirchner crezca cada vez más. Los truenos empujan las gargantas a cantar “vamos a volver, a volver a volver, vamos a volver”. Alicia sonríe junto a sus compañeros de militancia, Teresa, Yeni y Eduardo. En un brazo tiene tatuado: “La patria es el otro”. Se arremanga el buzo y le muestra a PáginaI12 el otro tatuaje: “el amor vence al odio”. No importa que se mojen; cuanto más llueve más cantan y hablan y esperan la presentación de Sinceramente, a metros de la puerta de la sala Jorge Luis Borges. “No nos vencieron las balas de los milicos, ¿qué puede hacernos un chaparrón?”, se pregunta Alicia. Sus compañeros la aplauden y gritan: “¡La patria no se rinde!”.
Walter Salazar, de Gregorio de Laferrère, llegó muy temprano junto a Eugenia Terán, de Cañuelas. “Antes estábamos mejor, con Cristina teníamos trabajo y llegábamos a fin de mes”, compara Walter, con la verdad de su bolsillo como termómetro de la crisis, que trabaja vendiendo helados hace veinte años. Se queja porque las ventas bajaron “un montón”. María Teresa Antón, que vive en Morón, fue doblemente previsora: se trajo un gran paraguas que la resguarda de la tormenta y una silla, donde está sentada, justo enfrente de la pantalla que está afuera de la sala. “La silla la llevo a todas las marchas –revela María Teresa, como si diera una modesta clase práctica de lo que hay hacer para movilizarse–. Yo espero que Cristina sea candidata. Cuando ella se fue, dejó un país que estaba económicamente bien. Ahora el nuevo gobierno que asuma en diciembre va a tener que solucionar todos los problemas de la pesada herencia de la gestión de Mauricio Macri”.
Muchos exhiben con orgullo remeras con la tapa de Sinceramente, el libro más vendido de esta 45° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, con más de 200 mil ejemplares. Una mujer abre el cierre de su campera y expone un sentimiento que, enunciado desde lo individual y desde la primera persona del singular, se vuelve colectivo: “Yo quiero volver a tener futuro”. El poeta español Benjamín Prado está por empezar una actividad en Zona Futuro, en el Pabellón Amarillo del predio. Leerá poemas de su libro Ya no es tarde (Visor). “Parece que no soy al único que se le ha ocurrido que no es tarde y que siempre se puede volver a intentar otra vez lo mismo que se intentó antes. Coincido con Cristina Kirchner que va a presentar su libro y quién sabe si algo más… No hay ningún problema: el público que me sobre se lo pasamos a ella y así tenemos para los dos”, bromea Prado.
Julián Soldi, debajo de un paraguas, cuenta por qué está parado, esperando hace más de tres horas. “La amo, yo vengo por amor. Cristina va a ganar las elecciones en octubre”, afirma Julián, que dice que está leyendo el libro. Los que se mojan cantan “vamos a volver” y los que están adentro, refugiándose en los pabellones de la tormenta, también. La creatividad no tiene límites. Como si fuera una pequeña estampita, un par de jóvenes reparten una imagen de Eva Duarte de Perón con un lema contundente para las próximas elecciones: “Evita el macrismo”. El escritor Gonzalo Unamuno confiesa que no recuerda “algo equiparable” en la presentación de un libro en el predio de La Rural. “Que yo recuerde es la primera vez que un libro de una estadista y dirigente adquiere la magnitud de hecho sustancialmente político”, subraya el autor de las novelas Que todo se detenga y Lila, entre otras. “La enmiendan desde todos los ángulos posibles y no hace silencio, como dicen, responde con un libro. Lo que dista mucho de parecerse al silencio”, agrega Unamuno, hijo del histórico dirigente peronista Miguel Unamuno.
Desde San Fernando, Rodolfo viene equipado con carteles escritos a mano. En la mano derecha tiene uno que dice: “Más recordamos, más te amamos. Machirula”. En el dorso de ese mismo cartel: “Volvé Bruja Malvada”. En su mano izquierda apela a cierta terminología del lenguaje neoliberal: “Reconvertimos a la clase media en pobres, 2 millones más. Sí se puede, ¿qué tal?”. Rodolfo agrega: “hay que amar a Cristina, hay que estar en la calle porque es lo que necesitamos para que esta sociedad cambie”. Carlos Díaz, editor de Siglo XXI, está caminando por unos de los pabellones rumbo a la sala Borges. El editor está entre los mil invitados. “Siento mucha curiosidad por escuchar a Cristina; esto es un momento histórico”, resume el editor. Eva Sangiovanni, que nació en 1945, aclara que no se llama así por Evita. “Vengo de una familia peronista, mi padre presidía una unidad básica en el barrio de La Paternal. Yo solo quiero verla a Cristina”, confiesa y se emociona hasta las lágrimas. Desde las patas en la fuente hasta la tormenta a cántaros previa a la presentación de Sinceramente, hay una historia por escribir entre el agua y el peronismo.