Pyonyang publicó imágenes ayer de los misiles lanzados un día antes que parecen acreditar nuevos y peligrosos avances del programa armamentístico norcoreano, mientras Seúl y Washington optaron por seguir moderando el tono para no malograr el diálogo.
Corea del Norte dijo que había probado un arma de largo alcance, un anuncio que probablemente aumentará las tensiones en la península y que contradice las afirmaciones del Sur y de Estados Unidos que apuntaban a que se trató de misiles de corto alcance. La agencia de noticias estatal norcoreana KCNA anunció que Kim Jong Un supervisó el ensayo armamentístico del jueves, el segundo en menos de una semana y en un contexto de tensión con Estados Unidos debido a las dificultades para alcanzar un acuerdo con el que Pyongyang abandone su arsenal nuclear a cambio de un alivio de las sanciones.
“En el puesto de mando, el líder supremo Kim Jong Un fue informado sobre un plan de ensayo de varios medios de ataque de largo alcance y dio la orden de realizar el ejercicio”, informó KCNA, asegurando que la prueba fue un éxito. La agencia no especificó qué tipo de arma se disparó y evitó usar las palabras “misil”, “cohete” o “proyectil”.
Estas nuevas informaciones se suman a la creciente tensión con Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump consideró el jueves que Kim no estaba preparado para negociar una desnuclearización. Desde la Casa Blanca, Trump dijo que observa el lanzamiento de misiles “muy seriamente”. “Eran misiles más pequeños, misiles de corto alcance. Nadie está contento con eso”, dijo el presidente a periodistas. “La relación continúa. Pero veremos qué pasa”, apuntó.
En la histórica cumbre con Trump en junio de 2018 en Singapur, el líder norcoreano se comprometió a “trabajar por la desnuclearización completa de la península coreana”. Pero las conversaciones se atascaron tras el fracaso de un segundo encuentro entre ambos en febrero pasado en Hanói. Entonces Kim pidió infructuosamente que se levantaran las sanciones que padece su país, a cambio de iniciar una desnuclearización que el presidente estadounidense consideró demasiado tímida.
Corea del Norte “disparó lo que podrían ser dos misiles de corto alcance” desde Kusong, en la provincia de Pyongan del Norte, indicó el jueves el jefe del Estado mayor surcoreano en un comunicado. Agregó que los misiles, que recorrieron 270 y 420 kilómetros, respectivamente, eran analizados por militares surcoreanos y por sus aliados estadounidenses.
La edición de ayer del Rodong Sinmun, el órgano oficial del partido en el poder en Pyongyang, dedicaba toda su portada y parte de la segunda página al lanzamiento de la víspera, ilustrado con 16 fotos, una de ellas de Kim observando el disparo.
El lanzamiento del jueves se produce además días después de que Corea del Norte llevara a cabo un ejercicio militar y lanzara varios proyectiles el sábado, entre ellos un misil de corto alcance, según los expertos.
Oficialmente, Corea del Norte no ha disparado ningún misil desde noviembre de 2017, poco antes de una reducción de tensiones que llevó a la cumbre histórica de Kim y Trump. Entonces probó un misil intercontinental capaz, según Pyongyang, de alcanzar el territorio estadounidense.
El ministro japonés de Defensa, Takeshi Iwaya, dijo ayer que Tokio “llegó a la conclusión” de que los últimos lanzamientos eran misiles balísticos de corto alcance. “El lanzamiento de misiles balísticos es una violación clara de resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad de la ONU”, dijo ante la prensa.
Los lanzamientos del jueves tuvieron lugar apenas unas horas después de que el enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Stephen Biegun, llegara a Seúl para mantener conversaciones con representantes surcoreanos sobre el enfoque a adoptar en las negociaciones nucleares con Pyongyang.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, dijo que Pyongyang estaba “muy molesto” porque la cumbre de Vietnam terminó sin acuerdo y que su última postura tenía un “elemento de protesta” y “de presión para redirigir las conversaciones nucleares en la dirección que desea”.
Pero señaló: “Cualesquiera que hayan sido las intenciones de Corea del Norte, advertimos que podría hacer que las negociaciones sean más difíciles”. Corea del Sur y Estados Unidos trabajan juntos en la estrategia negociadora ante Pyongyang.
Con el disparo de este jueves, “Corea del Norte está enviando un claro mensaje de que no se contentará con una ayuda humanitaria” procedente de Seúl, según Hong Min, investigador del estatal Instituto Coreano para la Unificación Nacional. Pyongyang “está diciendo: ‘queremos garantías de seguridad a cambio de un proceso de desnuclearización’” agregó.
A inicios de la semana pasada, Pyongyang advirtió a Estados Unidos de un “resultado indeseable” si no ajustaba su posición para finales de año, después de tres meses de parálisis en las negociaciones sobre el programa balístico y nuclear de Corea del Norte.
Estados Unidos insiste en que las sanciones solo se levantarán después de que Corea del Norte haya eliminado completamente sus programas armamentísticos. Por otro lado, autoridades estadounidenses anunciaron desde Nueva York la incautación del carguero norcoreano “Wise Honest” –una mole de 17.000 toneladas– por violar las sanciones internacionales al exportar carbón e importar maquinaria.