La ex analista de inteligencia del ejército estadounidense, Chelsea Manning, fue liberada ayer. Sin embargo sus abogados adelantaron que podría volver a la cárcel la próxima semana. Manning, que pasó los últimos dos meses en prisión por negarse a declarar sobre su revelación de secretos militares y diplomáticos a WikiLeaks, fue liberada porque expiraron los 62 días de confinamiento que le dictó el jurado. Por este motivo será llamada a declarar en los próximos días pero ya alertó que se negará a hacerlo. “No compareceré ni en este ni en otro gran juicio”, dijo ayer la ex analista de 31 años.

“Desafortunadamente, incluso antes de su liberación, Chelsea recibió otra citación. Esto significa que se espera que comparezca ante un gran jurado diferente, el jueves 16 de mayo de 2019, apenas una semana después de su liberación hoy (por ayer)”, explicaron sus abogados minutos después de la liberación de Manning. Por eso, continuaron, es probable que sea retenida una vez más por desacato al tribunal y que sea devuelta a la custodia del Centro de Detención de Alexandria. “Chelsea continuará negándose a responder preguntas, y utilizará todas las defensas legales disponibles para demostrarle al juez (...) que tiene motivos justificables para su negativa a dar testimonio”, remataron. 

En marzo, Manning se opuso al interrogatorio en una comparecencia ante un jurado en el Tribunal del Distrito Este de Virginia y fue acusada de desacato. 

Manning fue arrestada en Irak en 2010 para luego ser condenada, en 2013, a 35 años de prisión por una corte marcial castrense debido a la difusión de más de 750.000 documentos diplomáticos e información militar estadounidense. La ex analista fue declarada culpable de más de 20 cargos y su sentencia fue la más larga de la historia en lo relativo a casos de filtración. En el juicio de 2013 Manning también confesó haber interactuado en línea con alguien que probablemente sería Julian Assange, fundador de WikiLeaks. Sin embargo la ex analista afirmó que había actuado por su cuenta y que no estaba trabajando para el sitio web de Assange. En el juicio de marzo Manning dijo que los fiscales querían interrogarla sobre ese período una vez más. “Las preguntas del gran jurado se referían a revelaciones de hace nueve años y tuvieron lugar seis años después de un caso de análisis forense informático en profundidad, en el que testifiqué durante casi un día completo sobre estos eventos. Respaldo mi testimonio público anterior”, dijo en marzo.  En 2013 un juez militar sentenció a Manning a 35 años de prisión, pero en 2017 el ex presidente Barack Obama conmutó el resto de su sentencia.  La filtración de WikiLeaks tuvo lugar en 2010 y dentro de los documentos filtrados muchos pertenecían a supuestas irregularidades cometidas por el país norteamericano en la guerra de Afganistán y en la base naval de Guantánamo, en Cuba. 

La ex analista Manning se convirtió además en la una de las principales causas de los defensores de la libertad de expresión así como también de los activistas homosexuales y transexuales debido a que cambió de género durante sus años en prisión. La ex analista entró a la cárcel de Fort Leavenworth en Kansas conocida como Bradley y salió varios años después como Chelsea. Según afirma el matutino The New York Times, durante siete años Manning pasó sus días y noches en una celda de menos de cuatro metros cuadrados en condiciones que un relator especial de las Naciones Unidas afirmó que podrían calificar como tortura. En 2016, intentó suicidarse dos veces. 

La investigación de WikiLeaks y su líder Assange es parte de una larga investigación que comenzó durante el gobierno de Obama y aún continúa durante el mandato del presidente Donald Trump. Assange, por su parte, se refugió durante siete años en la embajada de Ecuador en Londres. Sin embargo hace poco más de un mes el presidente del país caribeño decidió quitarle la condición de asilo de modo que Assange fue arrestado de inmediato para enfrentarse a la justicia en Estados Unidos.