Tigre ratificó por qué es la sensación de este momento del fútbol argentino. Le ganó como local anoche 2-0 a Racing, y pasado mañana irá al desquite en Avellaneda con buenas perspectivas de pasar a las semifinales de la Copa de la Superliga. Las distancias entre el reciente campeón y uno de los descendidos quedaron borroneadas. El equipo de Victoria desactivó la media cancha racinguista y encontró en el segundo tiempo, con los goles de Walter Montillo y Federico González, la contundencia que no había tenido en el primero.
A Racing no le salió nada. Sin juego entre sus volantes que nunca pudieron manejar la pelota con claridad, tampoco tuvo profundidad. Tanto que los apuntes sólo registran dos llegadas más o menos claras: una entrada de Zaracho que terminó con un remate mordido atajado por Marinelli y un cabezazo de Cvitanich que también contuvo el arquero. Después, nada de nada, o muy poco en el mejor de los casos.
Coudet hizo sus movidas. Pero ninguna le resultó. De vuelta para la segunda etapa, sacó a un delantero (Cristaldo) y puso a un volante (Nery Cardozo) para mejorar la prestación en el medio. Y después del gol de Montillo, tras una mala salida desde atrás de Donatti y una muy buena resolución del mediocampista, hizo entrar a Lisandro López y al colombiano Casierra por dos defensores (Saravia y Donatti) para buscar el empate. O sea: la Academia trató de atacar sucesivamente con dos, con uno y con tres arriba. Pero sin generación de juego, todo fue un desperdicio.
En ese contexto, Tigre hizo diferencias con los piques de Janson por la izquierda, la calidad de Montillo y Morales para mover la pelota y el despliegue de Menossi. Lo corrió a Racing por todos lados hasta su primer gol. Y después, se tiro atrás para contraatacar. Tampoco le sobraron situaciones. Pero aprovechó las pocas que se le presentaron. Y a los 43, definió todo: Menossi se llevó una pelota a los tumbos, Cavallaro lo vio llegar vacío a Federico González y el derechazo certero del centrodelantero terminó de abrochar el resultado.
Es alto el momento anímico de Tigre. El descenso injusto no parece haberlo afectado. Y el equipo que dirige Pipo Gorosito también tiene fútbol en las dosis justas como para irse de Primera con el orgullo intacto. Será bravo el desafío dentro de 48 horas en el Cilindro de Avellaneda. Pero Tigre siente que es posible dar otro gran golpe de visitante. En lo que va del semestre y en esa condición, le ganó a Vélez, Central, Talleres, River y Unión. Racing bien puede ser el próximo de la lista.