La utilización de la capacidad instalada de la industria se ubicó en marzo en el 57,7 por ciento, informó ayer el Indec. Esto implica que la industria nacional está atendiendo a la demanda local y a sus exportaciones con poco más de la mitad de las instalaciones que posee en la actualidad. Se trata del peor registro para el mes de marzo en lo que va de la gestión Cambiemos, lo cual refleja cómo la política económica del Gobierno ha perjudicado a la industria. Frente a marzo de 2015 se verifica una caída de 10 puntos porcentuales. La consecuencia del bajo grado de uso de las máquinas es el fenómeno de las suspensiones masivas de personas como medida previa a despidos y hasta el cierre de empresas. En autos, metalmecánica, caucho y plástico, textiles y alimentos y bebidas están por debajo del promedio.
El bajo grado de utilización de la capacidad industrial se relaciona directamente con la caída de la producción manufacturera de marzo. Según los datos oficiales, la actividad industrial disminuyó en marzo 13,4 por ciento con respecto a igual mes de 2018. Fue la mayor caída en el año, sólo comparable con el desplome de 14,8 por ciento de diciembre pasado. Contra febrero previo, el estimador industrial que difunde el organismo arrojó una baja desestacionalizada de 4,3 por ciento, luego de dos meses consecutivos de leve mejora que el Gobierno presentó como una muestra del fin de la crisis, aunque el último dato descarta cualquier indicio de recuperación de la actividad económica. En el trimestre, el retroceso manufacturero alcanza el 11,1 por ciento con respecto del mismo período del año pasado.
El sector de menor uso de su capacidad industrial es el automotor, con el 35 por ciento en marzo, más de 20 puntos por debajo del 58,2 por ciento del mismo mes del año pasado. Ese cuadro responde a una baja en la fabricación de vehículos de 39,1 por ciento en marzo y 29,7 por ciento en el primer trimestre. En tanto, el mercado de autopartes se retrajo 6,7 por ciento en el primer trimestre con respecto al mismo período del año pasado. Como respuesta a la temperatura del mercado y de la producción, las terminales automotrices instaladas en el país adoptaron desde hace varios meses un esquema de suspensiones masivas de personal. Por ejemplo, en el corriente mes FIAT frena totalmente su producción durante once días en Córdoba, mientras que la fábrica de camiones Iveco sólo trabaja ocho días en mayo. En tanto, Volkswagen no abre su planta de Pacheco, en donde trabajan 3900 personas, durante ocho días en mayo y Renault también suspende personal.
El segundo sector de peor desempeño es la metalmecánica, con apenas el 43,1 por ciento de utilización de su capacidad industrial. “La menor utilización de las plantas se origina principalmente en las caídas de los niveles de producción de maquinaria agropecuaria y de aparatos de uso doméstico”, dice el informe del Indec. En relación a la maquinaria agrícola, en el primer trimestre las ventas de tractores nacionales cayeron un 26,9 por ciento, aunque subieron las de cosechadoras nacionales en un 17,4 y de implementos de origen local en un 4,6 por ciento. Por el lado de los aparatos de uso doméstico, la CAME midió una caída interanual del consumo del orden del 14,4 por ciento en marzo medido en cantidades.
También por debajo del promedio general quedó productos de caucho y plástico, con el 48,7 por ciento, como consecuencia de la menor producción de neumáticos y de manufacturas de plástico, mientras que productos textiles quedó en el 49,8, a raíz de la menor elaboración de hilados de algodón y de tejidos. Otro de los sectores que opera por debajo de la media es alimentos y bebidas, con un uso de la capacidad del 55,7 por ciento. A pesar de que se trata de productos cuya demanda suele sufrir menos con la caída del poder adquisitivo, el grado de inflación en harinas, lácteos, verduras y carnes obligó a una fuerte reducción en el consumo. La crisis del sector lácteo, suspensiones masivas de Arcor y cierre de otras empresas de menor porte grafican también la crisis del rubro alimentos y bebidas.
Por encima del promedio general de 57,7 por ciento quedó el sector de edición e impresión, que se ubicó en el 58,1 por ciento. Los insumos de la construcción registran una utilización 62,4 y productos del tabaco, del 63,8 por ciento. La siderurgia y refinación del petróleo tienen niveles del 64,8 y del 76,6 por ciento, respectivamente, ambos empujados por la producción en Vaca Muerta. Sustancias y productos químicos tienen un uso del 69,6 por ciento, por debajo del año pasado a partir de la caída de la producción de químicos básicos, materias primas plásticas y detergentes y jabones y papel y cartón, un 71,1 por ciento.