Córdoba es noticia por las elecciones a gobernador justo en el mes que marca los 50 años del Cordobazo. El 29 de mayo de 1969 obreros y estudiantes protagonizaron una de las mayores rebeliones del siglo XX. Así terminaron con el sueño de eternidad que ilusionaba a la dictadura de Juan Carlos Onganía. Córdoba le pegó en 1969 y acabó de tumbarlo un año después, poniendo a la Revolución Argentina en cuenta regresiva.
La coincidencia tiene un dato añadido: Juan “El Gringo” Schiaretti, el gobernador reelecto, cumplirá 70 años el 19 de junio. Tenía 19 años cuando fue uno de los dirigentes estudiantiles del Cordobazo. A Schiaretti le gusta recordar esa época en sus conversaciones privadas. Pero nunca se quedó parado allí. Cuando supo que el escrutinio le daba un 53,97 por ciento de los votos contra un 17,78 por ciento de Mario Negri y un 10,94 por ciento de Ramón Mestre, el gobernador hizo un discurso en el que fulminó a la grieta y apeló varias veces a la idea de que los cordobeses son, dijo, “moderados”.
La historia personal de Schiaretti es variada. Exiliado en Brasil, fue directivo de Fiat. En 1989, con Carlos Menem de Presidente, formó parte de los equipos piloteados por un cordobés que lo había cobijado, Domingo Cavallo. Se encargó del Mercosur en la Cancillería y fue secretario de Industria y Comercio cuando en 1991 Cavallo pasó a Economía. La gestión duró hasta 1993, cuando la alianza entre Cavallo y José Manuel de la Sota lo puso como primer candidato a diputado nacional.
La relación fuerte con los Macri, Franco y Mauricio, viene de los tiempos automotrices.
La relación con De la Sota fue construida por ambos bajo la jefatura natural del propio De la Sota, líder del peronismo cordobés y gobernador entre 1999 y 2007 y entre 2011 y 2015. Muerto De la Sota el 15 de septiembre de 2018 Schiaretti quedó no solo como un gestor nato sino como nuevo jefe político de los justicialistas cordobeses.
Es menos conocida su relación con el kirchnerismo. En las elecciones para gobernador de 2007 Luis Juez denunció que Schiaretti le ganó con fraude. La diferencia había sido de un mísero 1,1 por ciento. Solo 17 mil votos. Néstor Kirchner, entonces Presidente, bendijo a Schiaretti y dio orden a sus negociadores de acercarse a él incluso más allá de las relaciones que hubiera con De la Sota. La construcción funcionó con eje en un gran tema de la agenda cordobesa: la solución del bache financiero de la caja previsional de la provincia por parte del Estado nacional. Pero todo se cayó en el 2008, cuando el ministro de Economía Martín Lousteau sugirió y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner adoptó la resolución 125 sobre retenciones móviles, que no solo fue controvertida en sí misma sino todavía más conflictiva porque no hacía diferencias de magnitud, productividad y ubicación geográfica de los productores.
“Si apoyo la 125, acá me matan”, comentó Schiaretti a los canales que tenía con Néstor. “Acá” era Córdoba, parte del corazón de la zona núcleo de la soja junto con Santa Fe y Buenos Aires y asiento, además, de las clases medias urbanas.
De todos modos el peronismo cordobés se caracteriza por jactarse de un patriotismo provincial y al mismo tiempo ser muy pragmático. Para no sufrir el aluvión que lo afectaría en 2011, De la Sota participó de las elecciones nacionales sin presentar lista de legisladores. Trataba de no quedar como un derrotado. Es un gesto simétrico al de Cristina Fernández de Kirchner cuando, para las elecciones del domingo, bajó la lista del kirchnerismo. De ese modo evitó un cuarto o quinto puesto para su sector y quedó en condiciones de decir que también los kirchneristas hicieron su aporte a la diferencia histórica conseguida por Schiaretti sobre el segundo candidato.
Es difícil pronosticar cómo votarán los cordobeses en la primera vuelta presidencial del 27 de octubre y en la eventual segunda del 24 de noviembre.
Parece útil sumar cuatro datos:
- En 2003 ganó en Córdoba a nivel de las elecciones presidenciales Carlos Menem por el 28 por ciento. Kirchner obtuvo solo un 10,81 por ciento, detrás del mismo Menem y de Ricardo López Murphy, Adolfo Rodríguez Saá y Elisa Carrió.
- En 2007 triunfó a Presidente Roberto Lavagna, que llevaba al actual gobernador de Jujuy Gerardo Morales como postulante a vice.
- En 2011 CFK ganó en Córdoba por el 37,3 por ciento, una cifra importante pero menor al 54 por ciento del promedio nacional.
- En el ballottage de 2015 Mauricio Macri ganó por el 71,1 por ciento contra el 28,49 por ciento de Daniel Scioli. Las cifras nacionales fueron mucho más ajustadas: 51,34 por ciento de Cambiemos contra un 48,66 por ciento del Frente para la Victoria.
El escenario no se muestra como ideal para una eventual candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, a quien un candidato del peronismo federal podría restarle votos o ganarle en Córdoba. Pero si el tablero fuera el de una polarización entre CFK y Macri y las elecciones se realizaran hoy, Cambiemos estaría en serios problemas: según estudios de la consultora Gustavo Córdoba y Asociados, la imagen positiva del Presidente en Córdoba está por debajo del 30 por ciento. El número es el mismo de la caída de la producción automotriz (clave en Córdoba) en el último año.
Una pregunta posible es si Schiaretti jugará con Lavagna en busca de que el ex ministro de Economía deje a Macri tercero y dispute el ballottage con CFK. El problema es que Lavagna ni siquiera es candidato. ¿Schiaretti se proyectará nacionalmente a sí mismo? ¿O hará un discretísimo trato pampa con Cristina? Misterio cordobés.