El triunfo súper holgado de Juan Schiaretti en Córdoba le dejó a Roberto Lavagna una sonrisa que no logra disimular. Sobre todo por el discurso que dio el cordobés al confirmar el resultado, donde habló de salir de la grieta. En ese contexto, Lavagna se reunió con sus aliados radicales, del GEN, socialistas y por primera vez sumó a Miguel Pichetto, otro exultante que ve el escenario cordobés como una plataforma de lanzamiento de una propuesta de “centro moderada” para las elecciones de octubre. Todos los presentes quieren beber de las mieles del triunfo de Schiaretti pero cada uno se retiró del encuentro con tarea para intentar hacer realidad lo que soñaron juntos.
Hasta las oficinas que tiene Lavagna en la calle Paraguay 1132 llegaron los radicales Ricardo Alfonsín, Federico Storani, Juan Manuel Casella y César Martucci. Por el socialismo estuvo el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y por el GEN, Sergio Abrevaya. Margarita Stolbizer estaba invitada pero se confundió pensando que la reunión era otro día y no fue.
El eje del encuentro fue avanzar en el armado de la candidatura presidencial de Lavagna. El ex ministro, con la sonrisa tatuada en el rostro, consideró que el triunfo de Schiaretti es la mejor noticia de las últimas semanas y no sólo por la diferencia que obtuvo sobre sus rivales, sino, fundamentalmente, por la “cercanía de ideas” que dice Lavagna tener con el cordobés. Por ahora Lavagna decidió dejar pasar unos días antes de conversar seriamente con Schiaretti: “No le vamos a pedir que al día siguiente diga por quién se inclina”, dicen que dijo el ex ministro.
Mientras tanto, los radicales presentes ayer plantearon que una de las tareas que tienen por delante es la convención de la UCR del 27 de mayo. Los cuatro correligionarios se comprometieron a pelear por imponer la decisión de hacer un camino diferenciado del PRO, esto es, por romper Cambiemos. No son muy optimistas aunque ven algunas señales tanto de Alfredo Cornejo como de Gerardo Morales que, a su forma, han dado signos de simpatía para con Lavagna. “Ninguno quiere ser un gobernador opositor en el futuro cercano”, confió uno de los presentes a PáginaI12. La primera intención de los radicales será tratar de convencer a los convencionales de ir con un candidato y para eso tienen a Martín Lousteau como opción, pero no creen que el diputado se defina. Lo ven ambiguo y hasta especulador. Por eso, Alfonsín cree que todos los caminos conducen a un extrapartidario: Lavagna.
El otro que estuvo en la reunión siempre sonriente, algo poco habitual en él, fue Pichetto. El senador peronista consideró que lo de Schiaretti es favorable para el armado de esta tercera vía. Pichetto dijo que tanto las elecciones provinciales como las PASO realizadas muestran el triunfo de un peronismo más de “centro moderado”. Es decir, que estaría ganando la propuesta de Argentina Federal. Los radicales coinciden y se entusiasman. El GEN acompaña y los socialistas rezan para no perder en su provincia.