Algunxs colegas del sector de ciencia y tecnología (CyT) interpretaron que la nota “¿Quedan todavía científicas y científicos PRO?” (publicada en PáginaI12, el 9 de mayo pasado) insinuaba una “caza de brujas” con blanco en las científicas y científicos votantes de Cambiemos. Si pensamos que hoy es evidente que Macri está eliminando la actividad científica y que el problema de revertir esta tendencia es vital para decidir si nuestro país tiene futuro o está condenado al subdesarrollo, ¿no es extraño (o hipersensible) interpretar que el reclamo de un debate abierto de ideas por un proyecto de país con ciencia o sin ciencia sea interpretado como “caza de brujas”? ¿Si en el sector de CyT no damos este debate, entonces cuál? La inferencia es prístina: Macri destruye la ciencia; si usted vota a Macri en octubre entonces vota la continuidad de la destrucción de la ciencia. Esta es la interpelación que parece necesario discutir. No hablamos de matices, hablamos de destrucción de un sector.
Desde 2016 hasta el presente, luego de participar en muchas pero muchas actividades –paneles, mesas, seminarios, congresos– en varias provincias, nunca pero nunca pude escuchar a nadie defender la política de CyT del macrismo. Como peronista defensor de las políticas de CyT del ciclo de gobiernos kirchneristas, todos los debates que me tocaron fueron con colegas peronistas o de izquierda. En este último caso, en general, debates duros, necesarios, complicados, que muchas veces me dejaron, literalmente, pedaleando en el aire. Pero nunca me ocurrió que alguien interviniera para defender la política de CyT del macrismo.
Por eso, la pregunta del título de aquella nota –”¿Quedan todavía científicas y científicos PRO?”– no es irónica o persecutoria, es un reclamo. Tal vez una cara oculta de la interpelación pueda ser la creencia de que es posible convencer a quienes votaron a Macri de que no lo vuelvan a hacer. Pero en todo caso, esta intención está muy lejos de plantear una caza de brujas o nada que se parezca a una estigmatización del tipo que practica la gobernadora de Buenos Aires cuando reclama “que diga si es kirchnerista”, expresión que creo que puede traducirse más o menos como “que confiese que está contaminado del hecho maldito que nos proponemos erradicar”.
Lo que planteamos es otra cosa. Podría parafrasearse como “si usted es científica o científico y va a votar a Macri, ¿podría explicar por qué?”. Parece legítima (y perentoria) la pregunta si se piensa en los últimos tres años de destrozos institucionales, de despidos y retiros voluntarios, o si recordamos los satélites, vacunas, aerogeneradores, reactores, vagones, drones, chips que dejamos de desarrollar.
De paso, agrego que si gracias a la doctora Simian se van a quitar los impuestos para insumos y equipamientos, que también nos devuelvan a lxs investigadorxs los programas concursables para insumos y equipamientos, así podemos aprovechar la exención impositiva. Y, de paso, si queda un poco de resto, que se pare con la destrucción de pymes, porque ¿para qué vamos a producir conocimiento si nos quedamos sin industria? Y, de paso, que se pare con la destrucción de hospitales y se les devuelvan los medicamentos a los jubilados, porque ¿para qué vamos a producir conocimiento si nos quedamos sin salud pública?= Y, de paso...
Sí, ya sé, me van a decir “por qué no vas a la televisión, así Macri te llama para que le cuentes”. Juro que a veces voy, pero parece que al canal equivocado.
* Profesor de la Universidad Nacional de San Martín.