El presidente brasileño Jair Bolsonaro volvió a defender el decreto que facilita la portación de armas, reivindicando un supuesto derecho a la legítima defensa durante un robo. En otra frase polémica del ultraderechista, se puso como ejemplo en una situación hipotética y afirmó que él no dudaría en descargar su pistola “para defender” a su mujer. “Si alguien entra en su casa, hay que meter bala”, recomendó Bolsonaro.
El excapitán del ejército modificó recientemente el Estatuto del Desarme para autorizar la portación y comercialización de armas a políticos electos en un cargo público, camioneros, periodistas que cubran asuntos policiales, abogados, agentes penitenciarios, guardias privados, trabajadores de institutos de menores, agentes de tránsito y empleados de empresas de transportes de valores, entre otros. “La seguridad pública comienza dentro de casa”, había dicho Bolsonaro, quien profundizó un poco más esta idea el fin de semana.
"Yo, por ejemplo, como hombre, tengo que defender a mi mujer, sé que si un hombre entra en mi casa, es para causar barbarie, entonces meto bala". “Si alguien entra en su casa, tiene que descargarlo ", ratificó el presidente en su férrea defensa al decreto que liberaliza la tenencia de armas de fuego clasificadas como cortas a todos los ciudadanos seleccionados, un uso que antes era restringido a las Fuerzas Armadas y policiales. Además, niños y adolescentes no necesitarán el aval de la justicia para practicar tiro deportivo.
Bolsonaro volvió a argumentar que en el referéndum celebrado en 2005, la mayoría de la población dijo que estaba a favor del comercio de armas, pero que no fue atendida por el gobierno. Pero especialistas aseguran que la flexibilización aumentará la violencia en un país que ya ostenta uno de los mayores índices de homicidios del mundo. Brasil registró 64.000 homicidios en 2017, una tasa de casi 31 por cada 100.000 habitantes, cifra tres veces superior al nivel considerado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como violencia endémica.
El decreto fue cuestionado también por el expresidente Lula Da Silva, quien tildó a Bolsonaro de “enfermo” por creer que el problema de Brasil se soluciona con armas. “Bolsonaro defiende el estado policial, un estado armado”, advirtió el líder del PT en su segunda entrevista desde que está preso sede de la Policía Federal en Curitiba. Para Lula, la única forma de resolverlo es “con libros y con escuelas”.