El grupo empresario Garovaglio y Zorraquin informó que su subsidiaria Finpak dejará de producir heladeras. La fábrica está ubicada en el Parque Industrial “El Pantanillo”, en Catamarca, y después de suspensiones y despidos fue reduciendo su personal desde unos 70 trabajadores en 2017 a 27 en la actualidad, cuya continuidad está en veremos. Por lo pronto, la empresa propuso una suspensión total de actividades por dos meses, contaron fuentes gremiales. El achicamiento del mercado interno por caída del consumo y aumento de participación de las importaciones junto al fuerte incremento del endeudamiento por la devaluación del peso son las razones que esgrime la firma para justificar su decisión. En el sector de línea blanca también se destaca la crisis en Electrolux, que despidió a 22 trabajadores en Rosario, y en las marcas Siam, Longvie y Bambi.
“Luego de haber realizado desde el inicio de la operación de fabricación de heladeras distintas acciones destinadas a alcanzar una razonable participación de mercado y a lograr un equilibrio patrimonial, económico y financiero, el directorio de la Subsidiaria Finpak S.A. decidió que, teniendo en cuenta los aspectos mencionados, los distintos esfuerzos volcados a la operación, la experiencia pasada y sobre todo, considerando la actual y proyectada situación del mercado, considera necesario y razonable tomar la decisión de discontinuar la producción de heladeras”, informó a la bolsa porteña el grupo Garovaglio y Zorraquin.
La empresa justifica que antes de tomar la decisión aplicó una “mejora constante de procesos, planes de reducción de costos y gastos, obtención de Programas Repro, adecuación de la dotación a niveles de ventas reducidos, apertura de Procedimiento Preventivo de Crisis, suspensión de actividades fabriles, desvinculaciones y capitalización de aportes irrevocables de Garovaglio y Zorraquín”. Dicen que “la operación de heladera nunca llegó a ser rentable en forma sostenida en el tiempo”.
Más allá de los problemas estructurales que pudiera tener la compañía, el contexto marcadamente negativo tiene gran incidencia en la sangría de puestos de trabajo y de capacidades productivas. Según el informe de electrodomésticos del Indec, en el último trimestre del año pasado la venta de heladeras y freezers tuvo un crecimiento nominal interanual del 26,7 por ciento, unos 20 puntos por debajo de la inflación del período. Con datos más actualizados, la CAME midió en marzo una caída anual del 14,4 por ciento en las ventas el rubro electrodomésticos y artículos de electrónica.
Además de la caída de las ventas, las empresas importadoras de partes y piezas sufrieron especialmente el efecto de la devaluación a través de una contracción de la rentabilidad, y ni hablar de aquéllas que venían acumulando deudas en dólares. Según lo informado a la bolsa, el balance contable de Garovaglio y Zorraquin arrojó en los últimos nueve meses pérdidas por 129 millones de pesos, “originada en el significativo impacto negativo que la devaluación del peso argentino ha tenido sobre la deuda denominada en dólares estadounidenses de nuestra controlada Rheem –de termotanques– como así también, en el incremento del costo de financiamiento generado por las elevadas tasas de interés vigentes durante el período”.
Desde la UOM resaltaron otro conflicto fuerte en la región, Longvie, en donde se negocia una suspensión total de actividades por tres meses. En el sector línea blanca también hubo despidos en Bambi y Electrolux, ubicadas en Rosario y en Siam (Avellaneda).