En línea con la posición del presidente estadounidense Donald Trump respecto a la interrupción voluntaria del embarazo, el Senado de Alabama aprobó la ley más restrictiva en todo el país para prohibir el aborto. La iniciativa elimina las excepciones en casos como violación o incesto y estipula penas de prisión de entre 10 y 99 años para los médicos que los practiquen. Sólo deja en pie el causal por peligro de muerte para la madre o el feto, al establecer que realizar abortos se convierte un crimen desde el momento mismo en que se escucha el primer latido de corazón del feto, a las seis semanas de gestación. Las mujeres que abortan no serían procesadas, pero si verían obstaculizado su acceso a este derecho consagrado por la Corte.
La aprobación final del proyecto, que ya contaba con el aval de la Cámara Baja, está en manos de la gobernadora Kay Ivey, miembro del partido gobernante, quien todavía no manifestó su apoyo a la iniciativa. Pero su jefe político, el presidente Trump, impulsó meses atrás la prohibición de los abortos tardíos de niños al considerar que una nueva normativa de Nueva York, que extendía el plazo de la IVE hasta la semana 24 de gestación, representaba “una ley que permite arrancar al bebé del vientre momentos antes del nacimiento”.
El objetivo de los senadores de Alabama es provocar una batalla judicial que llegue a la Corte Suprema de Justicia, para desafíar así la legalidad de esta práctica en el país, consagrada en un fallo del Tribunal Supremo de 1973. El vicegobernador y presidente republicano del Senado, Will Ainsworth, saludó la decisión diciendo que los legisladores "han dado un gran paso en la defensa de los derechos de los no nacidos".
Los demócratas habían intentado introducir una enmienda en el texto para permitir la práctica en los casos de violación e incesto, pero fue rechazada por 21 votos a 11. Sumados a los 25 votos a favor y 6 en contra de la iniciativa en general, la iniciativa podría ser sancionada en los próximos días. "Este proyecto va de desafiar a 'Roe v. Wade' y de proteger las vidas de los nonatos", reconoció su promotora, la representante republicana Terri Collins.
La mayor organización de defensa de derechos humanos en Estados Unidos, ACLU, prometió entablar una demanda para bloquear su implementación y aseguró que la medida no entrará en vigor."Esta ley castiga a las víctimas de violación e incesto al tomar control de sus propios cuerpos y forzarlas a dar a luz", escribió ACLU de Alabama en un comunicado.
Por su parte, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Bobby Singleton, dijo que a los legisladores que eliminaron la excepción de la violación o incesto: "Acaban de violar el propio estado de Alabama". "Le están diciendo a mi hija que ella no importa (...) Que está bien que los hombres la violen y que tendrá que tener un hijo si sale embarazada", argumentó, con la voz a veces quebrada de emoción.