Sobre el dintel de la entrada al edificio de tribunales pendía un trapo celeste a modo de pañuelo gigante, con consignas antiderechos inscriptas en él; en la calle, cortada, el puñado de activistas antiderechos presente hostigaba a periodistas locales y reconocía que también los habían acosado en redes sociales; en la sala del tribunal unipersonal, ante el juez Alvaro Meynet, declaraba el jefe de Obstetricia del Hospital Austral, de Buenos Aires, e integrante del Opus Dei, Ernesto Beruti. En la tercera audiencia de declaraciones del juicio por “incumplimiento de funcionario público” que se le sigue al ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra por forzar a una joven violada a seguir adelante con una gestación que quería interrumpir, los tribunales de Cipolletti volvieron a dejar en claro que para los antiderechos este debate oral es un caso testigo.
Por eso hicieron todo eso ayer, el día en que la diputada provincial Marta Milesi –impulsora de la ley de interrupción legal del embarazo en Río Negro y también responsable de la denuncia– contó con detalle cómo conoció a R.P. y ratificó que en esa internación estaba “retenida contra su voluntad” (ver aparte). Durante la jornada, también declaró el médico acusado, quien vertió una seguidilla de afirmaciones confusas acerca de presuntos protocolos de la OMS y su propio criterio. La audiencia fue la anteúltima del debate oral, que culminará esta mañana con la jornada de alegatos. Luego, el juez tiene un plazo de tres días para dar a conocer el veredicto. De ser condenado, Rodríguez Lastra podría ser sentenciado a una pena de prisión excarcelable y su matrícula profesional podría quedar inhabilitada.
En el caso de R.P., “se realizó todo mal”, dijo la diputada Milesi, quien subrayó que en el Hospital de Cipolletti “no se respetaron los protocolos ni los procedimientos”. Luego de la violación que produjo el embarazo, la joven volvió a ser victimizada, señaló la legisladora: “Sentí que a la víctima la había violado el sistema en la persona que hoy es el imputado. Se hizo todo mal. Sentí vergüenza como médica y como mujer legisladora”.
Poco antes, en la puerta del tribunal, periodistas de los diarios Río Negro, La mañana de Neuquén y el Canal 10 habían sido abordados por enfervorizados activistas antiderechos.”Nos acusaron de tendenciosos, pro aborto y nos querían dar instrucciones de las notas que teníamos que hacer”, contó uno de ellos. En un video puede verse cómo recriminaron a una fotógrafa haber concurrido a la audiencia vistiendo un buzo violeta, algo que consideraron “tendencioso” porque, dijeron, “es como ir a un partido de River con una camiseta de Boca”. El ingreso y el egreso del ginecólogo imputado, quien llegó y se retiró acompañado de su esposa y su pequeño hijo, fue entre aplausos, vivas y hasta un breve discurso, chapurreado al micrófono por una referente local del partido de Cynthia Hotton.
El médico Beruti -uno de los participantes de las audiencias informativas en el Congreso, durante el debate por la ley de aborto- fue convocado en calidad de “experto”, y volcó opiniones acerca del cuadro con el que R.P. había llegado al hospital; la información, explicó, la obtuvo de la historia clínica. A preguntas insistentes del fiscal, explicó que no es objetor de conciencia ante la interrupción del embarazo por una razón sencilla: es jefe de servicio en un hospital, el Austral, donde no practican ILE porque la institución entera es objetora.
El médico tiene tres abogados, uno de ellos, Damián Torres, es amigo del gobernador de la provincia; otro, Diego Breide, secretario de Hacienda de Bariloche y organizador allí de la “Marcha por la vida”.