El 2016 no fue un buen año para la economía en general, pero sobre todo para la industria en particular, que tuvo una caída global cercana al 5 por ciento. Uno de los sectores más afectados del ámbito fabril fue la industria de Tierra del Fuego, jaqueada por la apertura indiscriminada de importaciones, el desplome del consumo y la caída de la actividad.
Según la Unión Obrera Metalúrgica de Río Grande, principal sede de las industrias fueguinas, el año pasado se perdieron 6 mil puestos de trabajo. “El presente año comenzó con un panorama similar, que nos lleva a comparar la situación con la que atravesamos en los 90”, señaló Oscar Martínez, secretario general de ese sindicato y diputado nacional por el Movimiento Solidario Popular.
Martínez adelantó que la UOM de Tierra del Fuego analiza adoptar medidas de protesta ante la situación y confirmó que el personal de la firma argentina BGH sufrirá suspensiones los viernes.
“La situación es sumamente grave”, dijo el dirigente de la UOM, al asegurar que la crisis de la industria afecta al conjunto de los trabajadores en la provincia. En ese sentido mencionó que hay “cierres permanentes de comercios, caídas en la venta de productos y una economía que se está retrayendo". "Con suspensiones a lo largo y ancho del país, y una industria nacional que está siendo reemplazada por productos importados”, dijo Martínez.
Por otro lado, indicó que el gremio “tiene amenazas de posible reducción de algunos puestos en algunas empresas, como en el caso particular de IATEC”.
Esta semana, Cerámicos San Lorenzo, anunció el cierre de la mitad de sus fábricas y el despido de 260 trabajadores. Y en enero, la tecnológica Banghó echó a más de 200 empleados tras el cierre de una de sus plantas.