Ante las críticas de prácticamente todo el arco industrial, el Gobierno retrotrajo en una pequeña parte el aumento de la tasa de estadística que cobra sobre las importaciones. Se espera que este viernes salga publicado un nuevo decreto para que la tasa vuelva a cero para las importaciones temporarias (utilizadas para producir bienes que luego se exportan), en bienes de capital orientados a la producción hidrocarburífera en Vaca Muerta y para la importación de líneas de producción. De todas maneras, el grueso de la medida sigue en pie, ya que el Gobierno redujo la estimación de suba de la recaudación de 28 mil millones de pesos a 25 mil millones, lo cual equivale a un 10 por ciento.
Con el aumento de la tasa de estadística de 0,5 a 2,5 por ciento que pagan las importaciones de manera “transitoria” hasta fin de año, el Gobierno pretende amortiguar la caída de la recaudación impositiva que acompaña a la recesión. La decisión modifica por primera vez en veinte años las tasas. También se elevó de 500 a 125 mil dólares los montos máximos a pagar.
“La modificación que ahora se aplica tiene que ver con haber escuchado a diferentes sectores y haber mantenido diversos diálogos”, indicaron a este diario desde el Ministerio de Producción. En efecto, la medida original había generado una catarata de críticas: “Profundiza los problemas de falta de competitividad e inflación de la economía argentina”, habían dicho desde la Cámara de Importadores (CIRA), mientras que los exportadores de Carbap planteaban que “el Gobierno debe saber que este aumento de los costos de importación indefectiblemente los termina pagando el productor”. También hubo quejas de alimenticias, metalúrgicos, vehículos y autopartistas.
El incremento de las tasas de importación genera una suba de costos para los importadores finales y para todo el aparato industrial, por el uso de piezas e insumos importados. Tiene más impacto relativo sobre los productos con mayor contenido importado y presiona sobre los precios internos o sobre la rentabilidad empresaria. En cambio, no genera incentivos a la sustitución de importaciones, dado que es temporal hasta fin de año. Pero el mayor rechazo a la medida se despertó entre los exportadores, cuyas importaciones temporarias utilizadas en la producción también quedaron afectadas por la suba de la tasa de estadística.
Para este segmento de exportadores, desde los fabricantes de autos hasta productores agropecuarios que importan agroquímicos, el Gobierno dirige la marcha atrás con la tasa. También volvió a cero la tasa estadística para la importación de bienes de capital dirigidos a Vaca Muerta, en donde el gobierno deposita mucha expectativa. Por último, bajó de nuevo a cero la tasa para la importación de líneas de producción.
De todas maneras, la mayor parte de la medida sigue en pie: según la estimación oficial, la recaudación esperada de la suba de la tasa de estadística se reduciría en un 10 por ciento a causa de los cambios. A mediados de los ´90, la Argentina intentó subir la tasa de estadística, también en el marco de un ajuste fiscal acordado con el FMI. El caso fue llevado por Estados Unidos a la OMC y el resultado fue desfavorable para la Argentina.