Los macristas debieron hacer control de daños tras el incendio que dejó Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica no solo sostuvo que los macristas le “dan asco” por “borrarse en la derrota de Córdoba”, sino que se cruzó con el jefe del bloque PRO en Diputados, Nicolás Massot, cara a cara y le dijo que era un “hijo de puta” por su rol en la elección de Córdoba. Tanto el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, como Federico Pinedo y Pablo Tonelli intentaron enfriar la discusión. El ex vicejefe de Gabinete Mario Quintana está trabajando horas extra para intentar contener a la dirigente. Hasta ahora no pudo mostrar resultados.
La escena recorrió todos los medios, dado que ocurrió frente a diversos testigos de fuerzas opositores en el Congreso. Ayer hubo de las más variadas respuestas ante esto. Peña se sacó una selfie con Mario Negri, para mostrar que no están distanciados a pesar de que el Presidente no lo acompañó en la campaña. Macri en persona pasó a saludarlo tras la reunión. “Están mimosos ahora”, comentaron cerca de Negri. No obstante, pese a los esfuerzos, es difícil que haya un acercamiento entre Negri y Ramón Mestre. Pero también hay enojo de ambos con Massot. “Nos cagó a todos”, resumió un adláter de uno de los derrotados. Pinedo, en tanto, les pidió “poner por delante al país y no entrar en discusiones personales agraviantes”. “Parece un momento poco edificante”, dijo Tonelli.
“No corresponden los dichos de Carrió”, se sumó Frigerio, quien evitó contestarle a la diputada que lo había acusado de hacer “su negocio con los gobernadores del PJ” y abandonar a los candidatos locales. “Nosotros tenemos que llevar calma a la gente, no más zozobra, ni pelearnos. Nos falta conversar más puertas adentro”, aseguró Frigerio, quien dijo tener “un enorme respeto” por Carrió. “Hablé con Nicolás. No podemos insultarnos en el Parlamento. Estaríamos incumpliendo lo que la gente espera de nosotros si abonamos a esa pelea interna y si no podemos dejarla atrás para ponernos de acuerdo”.