PáginaI12 en España
Desde Madrid
En poco más de una semana, se realizan las elecciones del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Al igual que sucedió con los comicios generales que marcaron el retorno oficial del Partido Socialista Obrero Español al Gobierno, estos autonómicos podrían marcar un cambio de época en la política ibérica. Mientras que el 26 de mayo en la ciudad podría ser reelegida Manuela Carmena, la alcaldesa de izquierdas que llegó al poder con el apoyo de Podemos; en la Comunidad, el Partido Popular (PP) podría perder un dominio de casi 25 años.
La capital española es el centro político más importante del país. Desde el Palacio de la Moncloa se decide la política exterior del Gobierno. En el Congreso de los diputados se aprueban los Presupuestos Generales, y desde el Senado, se puede activar el artículo 155 de la Constitución española, que permitió intervenir el Gobierno de Cataluña tras el referéndum ilegal.
Esta comunidad de seis millones de habitantes es además la más rica de España (el Producto Bruto Interno del 2018 alcanzó a 230 mil millones de euros). En el 2018, fue la región donde más empresas se han creado en toda la nación. Sin embargo, Madrid es también la que menos invierte en educación pública, y en donde la espera para ser atendido por un especialista en el sistema de salud pública es de unos 150 días.
En los últimos años, la ciudad ha visto un gran crecimiento del turismo internacional, con más de siete millones de visitantes recibidos durante el 2018. Un boom económico que atenuó la crisis de la burbuja y la recesión global, pero que, como contracara, ha disparado el precio de los alquileres producto de la avalancha de departamentos de alquiler que ofrecen empresas como Airbnb.
Pero Madrid no ha recibido solo turistas. Basta con caminar un par de cuadras por la ciudad para oír un acento venezolano, peruano, argentino o mexicano. Muchos de ellos han llegado para estudiar, otros para emprender negocios, y varios conducen las cientos de bicicletas de las empresas de delivery, una de los buques insignia de la economía precarizada. Según los datos del padrón municipal del 2018, los extranjeros de América Latina residiendo en la ciudad son unos 430,000 y componen el 61 por ciento de los inmigrantes.
Esta diversidad de claroscuros y desigualdades que presenta la región de Madrid, estará en juego en los próximos comicios, y muchos de los argentinos que residen aquí toman posición aunque no todos pueden votar.
“El tema de la vivienda es de primer orden. No solo porque no hay muchas, sino también porque hay mucha gente que no superó la crisis y no puede pagar el alquiler”, dice Gabriela Atencia, una bióloga y científica argentina que llegó a España tras la crisis del 2001. “Desde el 2016 empezaron a despegar los precios, yo tuve suerte con mi casera que lo mantuvo, pero el departamento superior al mío cuesta 100 euros más”, afirma.
Atencia vive en Usera, un barrio humilde de la periferia donde se han concentrado muchos argentinos. Allí el precio del alquiler promedio es de 600 euros, entre trescientos y cuatrocientos euros menos que un alquiler en el centro de Madrid. Sin embargo, el costo de alquiler en esa zona representa el 40 por ciento de la renta familiar, según el relevamiento de Idealista, un sitio web de compra y alquiler de propiedades.
En estas elecciones, Atencia no tiene claro a quién votará en el ayuntamiento, pero sabe que en la Comunidad lo hará por Isa Serra, la candidata de Unidas Podemos. La dirigente que representa la fuerza de Pablo Iglesias en la capital ha presentado una serie de propuestas para ampliar la oferta de hogares y disminuir el precio del alquiler. Una de ellas es la aplicación de un impuesto a las viviendas vacías que obligue a grandes tenedores de fondo a colocar sus propiedades en alquiler, en vez de utilizarlas para usuarios de Airbnb.
La problemática de los inmigrantes ilegales ha centrado buena parte de la campaña electoral nacional, y también se ha extendido a estas locales. La ultraderecha Vox, que según las encuestas, ingresará al parlamento local, ha dicho que revisará las subvenciones que se otorgan a la inmigración. Desde el 2013 al 2017, la llegada de inmigrantes a España se ha disparado en un 300 por ciento. Aunque Madrid no es su principal destino, la candidata de Vox, Rocío Monasterio, se ha preguntado si un indocumentado debe ser atendido en el hospital antes que un madrileño.
Julieta (no quiere dar su apellido) llegó con su pareja y su hijo hace un año y tres meses, y aún no tiene documentos legales en el país. Por el momento viven en la casa de sus suegros, al sur de Madrid, y su único ingreso son 1100 euros que cobra su marido por un empleo con el que espera ser regularizado. “Nos fuimos buscando seguridad, más que nada por nuestro hijo, porque después de un par de robos a mano armada que sufrimos, él quedó muy asustado y se sentía perseguido”, explica.
Mientras que su situación económica depende de la ayuda de su familia, y los documentos deberán esperar, Julieta está sorprendida con la educación del estado. “Nuestro hijo va a un colegio público, no tuvimos problema para inscribirlo, y nos sorprendió que el nivel es más alto que el de un colegio privado de Argentina, del nivel que nosotros podíamos pagar”, afirma.