La ex analista de inteligencia del ejército de Estados Unidos, Chelsea Manning,regresó a prisión por negarse a declarar sobre su participación en la trama de WikiLeaks. La ex analista había salido de la cárcel hace una semana luego de pasar dos meses tras las rejas por la misma decisión de no querer aportar información a la investigación judicial.
Pero seis días después de su liberación, el juez federal Anthony Trenga requirió de nuevo la declaración de Manning –como ya lo había advertido– y frente a la nueva negativa de la ex analista, ordenó su detención por desacato, otra vez en el mismo centro. Además, el magistrado determinó que si Manning no declara en un plazo de 30 días ante un segundo jurado, la penará con una multa diaria de 500 dólares. Esta sanción se incrementará a 1.000 dólares al día si continúa negándose a testificar después de 60 días. La ex analista, sin embargo, dijo a la prensa que la esperaba en el juzgado que prefería ingresar en prisión de forma indefinida antes que testificar. “No importa lo que suceda hoy –anunció–, no voy a cumplir con este gran jurado”, afirmó.
Manning fue arrestada en Irak en 2010 para luego ser condenada, en 2013, a 35 años de prisión por una corte marcial castrense debido a la difusión de más de 750.000 documentos diplomáticos e información militar estadounidense. La ex analista fue declarada culpable de más de 20 cargos y su sentencia fue la más larga de la historia en lo relativo a casos de filtración. En el juicio de 2013 Manning confesó haber interactuado en línea con alguien que probablemente sería Julian Assange, fundador de WikiLeaks. Sin embargo la ex analista afirmó que había actuado por su cuenta y que no estaba trabajando para el sitio web de Assange. En el juicio de marzo, en el que la ex analista se negó a declarar, los fiscales querían interrogarla sobre ese período una vez más. El 17 de mayo de 2017 fue liberada debido a que el ex presidente Barack Obama conmutó el resto de su sentencia.