San Francisco aprobó la semana pasada la primera legislación que prohíbe el uso de tecnología de reconocimiento facial. Esta herramienta usa inteligencia artificial a través de las cámaras para reconocer rostros. En una votación aprobada por mayoría (ocho a uno), la junta de supervisores de la ciudad decidió que debe primar el derecho a la privacidad y a la protección de las minorías, especialmente si esa herramienta es usada por agencias de seguridad. “Es un disparate usar ese programa, que ya se ha visto que se equivoca mucho al identificar a personas de pieles más oscuras,” aseguró al diario El País, Tim Kingston, un investigador de la Oficina de Defensa del Público de San Francisco.