Un nuevo festival de cine se realizará a comienzos de julio en Buenos Aires. Se trata del Ficsur, iniciativa que unirá al cine y la moda, entendida en sentido amplio, como “usos y costumbres, modos, valores y tendencias, tanto estéticas como éticas, reflejadas en el cine y la cultura de un país”, define la realizadora Paula de Luque, que dirigirá el evento organizado por el Grupo Octubre. Esta primera edición será del 1º al 8 de julio.

  La premisa, cuenta De Luque a PáginaI12, es que moda y cine “se han influenciado mutuamente a lo largo de la historia”. “El cine es glamour, es estética, es concepto de belleza. Y sobre todo, es una mirada sobre el mundo”, sostiene. En tanto que la moda es “costumbres, modos de vestir, comer, viajar, consumir, producir y hasta vincularse”. “El cine está atravesado por la moda. Como lenguaje, es espejo de las tendencias estéticas y los usos y costumbres que mira y refleja”, concluye la directora de Juan y Eva y del documental Néstor Kirchner, la película. A comienzos de marzo se darán a conocer las bases y condiciones para participar, así como también las sedes, las fechas de apertura y cierre de recepción de proyectos y los premios oficiales y paralelos que estarán en juego.

  Un lema recorrerá el acontecimiento: “el sur está de moda”. Por eso el festival se llama Ficsur, porque –aunque habrá países invitados– pondrá el acento en producciones de América latina, Africa y Oceanía. “Por definición, un festival de cine es un encuentro de gente que hace cine y de películas. Una hermosa oportunidad de analizar no solamente la forma de hacer cine, sino de vivir”, dice la cineasta. “El cine es un gran espejo del mundo en que vivimos, de los pueblos y costumbres y, por tanto, las modas. A su vez, el cine genera modas. Este festival hará eje en el sur del mundo, con el tema de la moda como espejo de los pueblos”, adelantó. Y aclaró que “no será un festival de fashion films. Porque la moda es todo. No sólo cómo uno se viste, sino cómo vive, qué se come y cómo se vincula”.

  “Por ejemplo, en el cine de los cincuenta todos los personajes fuman. De los noventa para acá, las películas incorporan la tecnología. El rol de la mujer, cuerpos más flacos o más fuertes, el tamaño de los pechos, si la ropa es apretada o floja, las nuevas familias... en fin. Todo lo que tiene que ver con usos y costumbres es reflejado por el cine”, explica de Luque. Los films seleccionados por el equipo de programación se podrán ver con entrada gratuita o a muy bajo costo, para que el público tenga la posibilidad de acercarse a materiales que “de otra manera no podría ver”. Charlas, seminarios y clases magistrales completarán la propuesta.

  Dice la directora que no se espera que todas las películas que se postulen tengan a la moda como tema. Lo que se privilegiará de los materiales es “la calidad” y, en todo caso, que conecten con el concepto de distintas maneras, incluso tangencialmente. “Seguramente habrá películas de otros países que todavía no llegaron al nuestro. Sobre todo, lo que marcará la programación es la altísima calidad artística de las películas. El equipo de programación seleccionará en función de la calidad y la excelencia”, asegura De Luque. “Va a aparecer la moda de diferentes maneras”, insiste. Competirán ficciones y documentales, tanto largometrajes como cortos.

  “Se verá lo mejor del cine africano, australiano y latinoamericano. Si bien todo el festival estará atravesado por el tema de la moda, y por el lema de que el sur está de moda, no nos vamos a perder grandes películas porque no hablen exclusivamente de eso. Será un festival grande, con muchas miradas posibles. Pueblos, costumbres y artistas se conectarán en una gran fiesta de ocho días”, expresa De Luque, que además de cineasta es bailarina, coreógrafa y guionista. “Películas grandiosas, que han sido reconocidas internacionalmente, y han quedado en la memoria de millones de personas, son también el reflejo de una época y sus costumbres”, concluye.