Llega a Buenos Aires una de las mejores orquestas del mundo, conducida por uno de los grandes directores de estos tiempos. Este sábado a las 20 y el domingo a las 17, la Orquesta Sinfónica de Londres, dirigida por Simon Rattle, se presentará en el Teatro Colón en el comienzo del ciclo Grandes intérpretes Internacionales. Se trata de la primera visita de la orquesta británica a la Argentina, en el marco de una gira por Latinoamérica que antes de llegar a Buenos Aires pasó por Colombia y Perú y seguirá luego por Uruguay y Chile. Rattle y la LSO ofrecerá dos conciertos, con dos repertorios distintos. Este sábado, el programa se articulará con la Sinfonía de Requiem Op.20 de Benjamin Britten y la Sinfonía nº5 en Do sostenido menor de Gustav Mahler. El domingo, se podrá escuchar una selección de las Danzas eslavas Op.72 de Antonin Dvorak y la Sinfonía Fantástica Op.14 de Hector Berlioz.
Se trata de dos programas si se quiere tradicionales para una orquesta que además de recrear el repertorio clásico y romántico, se mantuvo ligada desde su formación en 1904 a los repertorios actuales, rasgo que profundizó desde que Rattle sucedió en la dirección al ruso Valery Gergiev en 2017. Sin embargo, la obra propuestas no dejan de ser particularmente atractivas. Britten es el compositor nacional que no puede faltar en la gira de una orquesta inglesa. La Sinfonía de Requiem es una de las obras importantes de la música sinfónica británica, obra que en su poderosa condensación expresiva enuncia el espíritu laico y pacifista del compositor inglés. Mahler, por su parte, es una de las obsesiones del Rattle, director capaz de traducir en sensibilidad musical su implacable capacidad de análisis. Antológicas son las grabaciones de las sinfonías que hizo con la Orquesta Sinfónica de Birmingham, varias de las cuales profundizó más tarde con la Filarmónica de Berlín, orquesta de la que después de ser su titular durante más de 15 años se despidió en julio de 2018 tocando la Sexta Sinfonía de Mahler.
De distinta consistencia resulta el programa del domingo, que propondrá otras formas posibles del Romanticismo musical, acaso más sensual y menos tormentoso que el de Mahler. Por un lado las coloridas Danzas eslavas 1, 2, 3, 4 y 7 Op.72 de Antonin Dvorak y en la conclusión la Sinfonía Fantástica de Berlioz, en el año en el que se conmemora el 150º aniversario de la muerte del compositor francés. Se suele considerar a Berlioz, y en particular a esta obra, como el punto de partida de la orquesta moderna como concepto y maquinaria. Hay una grabación en CD y en DVD de 2009 de Rattle, que al decir verdad no frecuentó demasiado la música de Berlioz, con la Filarmónica de Berlín. Ahí se puede apreciar el proverbial carisma del director para comunicar con los músicos de la orquesta. Posiblemente sea esa, sostenida por la técnica refinada, el gesto preciso y la vasta cultura, la capacidad superior de Rattle. Esa manera de comunicar con sus músicos, para llegar con profundidad al público es lo que distingue a un director consciente de vivir y actuar en tiempos en los que la función de las orquestas y el rol de sus directores se redefinen en todo el mundo.
"Llevar la mejor música al mayor número de personas", es la contraseña de la Orquesta Sinfónica de Londres. Fundada en 1904, la LSO es una de las primeras orquestas independientes del Reino Unido y actualmente está una de las más importantes del mundo. Su primer director fue Hans Richter, sucedido en 1911 por Edward Elgar. En tiempos más recientes entre sus directores estables se destacan Pierre Monteux, István Kertész, André Previn y Claudio Abbado, además de Michael Tilson Thomas, actual director emérito, y Colin Davis, predecesor de Valery Gergiev, el último antes de Rattle. En la actualidad, Rattle cuenta además con Gianandrea Noseda y François-Xavier Roth como principales invitados.
El lugar de residencia de la LSO es el Barbican Centre de Londres, donde realiza setenta conciertos por temporada, además de desarrollar programas de divulgación como el "LSO Discovery", que ofrece experiencias musicales a más de sesenta mil personas cada año. En 1999 la orquesta formó su propio sello discográfico "LSO Live" que recoge registros en vivo de sus actuaciones. Eso se suma a la discografía histórica de la orquesta, que cuenta con perlas como Elgar dirigiendo su Pompa y Circunstancia nº1 en la apertura oficial de los estudios de Abbey Road en 1931 o Sergei Prokofiev tocando su propio Concierto para piano nº3, en 1932, por mencionar algunas de una discografía extensa y diversificada en géneros y estilos, que está disponible por Spotify. En los últimos tiempos la LSO puso a punto un programa de conciertos transmitidos en vivo que están disponibles de forma gratuita a través de su propio canal de YouTube.