La plaza del Duomo de Milán fue ayer la plataforma de lanzamiento de las fuerzas ultraderechistas y ultranacionalistas que buscan desafiar a la Unión Europea. A una semana de las elecciones para el Europarlamento, el ministro del Interior y vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, convocó a once líderes de partidos de la ultraderecha de varios países de la unión. Entre los presentes estuvieron la francesa Marine Le Pen, de Reagrupación Nacional (RN) y el holandés Geert Wilders, del Partido por la Libertad (PVV) que intervinieron con breves discursos. El acto sirvió también para proclamar a Salvini como principal líder de los soberanistas y del grupo Europa de las Naciones y las Libertades (ENL) que espera convertirse en la tercera fuerza en la Eurocámara.
Por el escenario también pasaron el eurodiputado austríaco Harald Vilimsky, del Partido de la Libertad, el jefe del checo Libertad y Democracia Directa, Tomio Okamura, y el presidente de Alternativa para Alemania, Jorg Meuthen. A la cita, sin embargo, faltó el gran aliado de Salvini, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban.
Además de los elogios a Salvini y a los “patriotas” italianos, los dirigentes ultraderechistas criticaron a los líderes políticos de otros países europeos así como a los de la unión. “Es un día histórico. Lo esperábamos desde hace mucho tiempo y finalmente se ha dado bajo el cielo de Italia”, lanzó Marine Le Pen, recibida en Milán como una gran estrella y la principal aliada. Como el resto de los que tomaron el micrófono, Le Pen también atacó la inmigración, argumentando que pone a los países europeos en peligro. “No queremos esa oligarquía sin raíces y sin alma que nos dirige con la ambición de querer la sumisión de nuestras naciones”, manifestó la líder ultraderechista francesa. “El 26 de mayo llevaremos la revolución a toda Europa. El 26 de mayo devolveremos el poder a los pueblos y Europa volverá a alzar la cabeza”, remarcó Le Pen, quien en 2017 accedió al balotaje en la elección presidencial francesa.
El holandés Wilders, por su parte, arremetió contra lo que consideró “las órdenes de las superestrellas” de la unión y pidió: “Basta de inmigración. Basta de islam”. “No nos podemos fiar de la élite política de Europa. Quieren imponer sus leyes. Quieren inundar nuestros países con más inmigrantes y esto no podemos permitirlo. Tenemos que limitar la inmigración. Tenemos que parar la islamización”, agregó el líder del PVV entre grandes ovaciones.
Al igual que el resto de líderes políticos que intervinieron ayer en Milán, Salvini cargó contra la migración y prometió que si logran ser el primer partido en Europa no dejarían entrar a ningún migrante más. Contra la religión musulmana también lanzó sus críticas: “Una religión que dice que la mujer es menos que un hombre no puede mandar en mi casa”.
El nuevo príncipe de la ultraderecha europea desplegó toda la artillería retórica. Citó a Churchill, a Chesterton, puso como ejemplo a Margaret Thatcher y a De Gaulle. Los Papas Juan Pablo II (1978-2005) y Benedicto XVI (2005-2013) tampoco fueron olvidados en el escenario. Salvini los recordó en su encendido discurso que lo concluyó con un rosario en la mano y una alusión a la virgen María: “Doy mi vida al corazón inmaculado de María”, finalizó.
Por su parte, el líder del AfD alemán, Jörg Meuthen, reiteró esos ataques a la élite europea. En particular apuntó contra el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el del Banco Central Europeo, Mario Draghi, la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
“Salvini es nuestro capitán, ha logrado unir a mucha gente y recuperar el orgullo de ser italiano que habíamos perdido”, dijo Elena Alessandria, una jubilada que ayer asistió al acto. “Queremos volver a ser lo que éramos antes, una nación digna e independiente”, concluyó Alessandria.
El “Salvini day”, como lo calificó gran parte de la prensa, fue el gran evento que buscó posicionar a Salvini como la figura clave del futuro Parlamento Europeo. “Salvini representa la esperanza: es el único que defiende los intereses de los italianos en Italia, en Europa y en el mundo”, sostuvo Luigi Tagliabue, un empleado de la industria textil, presente entre los manifestantes.
Según todos los sondeos, La Liga ganará las elecciones europeas en Italia. La Liga sacaría alrededor del 30 por ciento, ocho puntos por encima del Partido Demócrata (PD) y del Movimiento 5 estrellas. A pesar de haber perdido cuatro puntos en el último mes a causa de un escándalo de corrupción, La Liga obtendría casi el doble de lo que sacó en las elecciones legislativas de hace poco más de un año.