Desde La Pampa
Hoy se elige gobernador, 30 diputados provinciales, intendentes y concejales en la totalidad del territorio de la provincia de La Pampa. Están habilitadas para votar 282.055 personas, que lo harán en apenas 840 mesas, por lo que se esperan resultados poco después de las 19.00 horas. Las expectativas están puestas más en la diferencia que logrará el Frente Justicialista Pampeano, de la mano de su candidato Sergio Ziliotto, con respecto a Cambiemos y la suerte que correrá el kirchnerista Luciano Di Napoli en su pelea por arrebatarle la capital Santa Rosa al radical Leandro Altolaguirre, dirigente de la Unión Cívica Radical, que va como candidato a la reelección.
Es la primera vez, desde 1983, que la provincia realiza elecciones desdobladas del calendario nacional. Esta decisión que cambió por completo el tablero electoral local, la tomó a finales del pasado año el actual gobernador Carlos Verna, quien apuró los tiempos políticos con el objetivo de no quedar pegado a un escenario nacional que por aquel entonces se presentaba incierto para el peronismo. Verna fue también el articulador del primer Frente electoral que arma el PJ en la provincia, donde concurrió históricamente con la lista 2 del PJ y ahora lo hace en una alianza que incluye el Frente Patria Grande, Nuevo Encuentro, el Frente Renovador, el Partido Humanista y el Partido Comunista.
El radicalismo, eterno segundo en la provincia, pone sus esperanzas en el actual diputando nacional Daniel Kroneberger, quien le ganó las PASO al candidato del PRO, el ex futbolista Javier “Colo” Mac Allister en febrero. Aunque la jugada del adelanto electoral los agarró desprevenidos, la estrategia electoral de Cambiemos fue tratar de aprovechar el desdoblamiento para poner en el centro del debate el modelo de provincia y un supuesto agotamiento del peronismo luego de 36 años de gobierno. Pero la falta de carisma de Kroneberger y la mala imagen local del gobierno nacional se volvieron un lastre demasiado pesado de arrastrar para la alianza Cambiemos que se conforma con hacer una elección que esté a la altura del promedio de votos que históricamente ha sacado en la provincia, que oscila entre el 30 y el 37 por ciento (obtenido en 2015 en pleno auge de Cambiemos).
Para el oficialismo tampoco fue sencillo el trámite. Carlos Verna, que cuenta con una imagen positiva de más del 60 por ciento entre los pampeanos, anunció a mediados del año pasado que estaba enfermo de cáncer y que no podía concurrir a lo que se consideraba una reelección cantada. Esto obligó al peronismo a una acelerado relevo generacional, ya que Verna forma parte, junto a Rubén Marín y Oscar Jorge, de la tríada de dirigentes que ha tenido en sus manos el gobierno provincial desde 1983 hasta la fecha. El elegido fue Sergio Ziliotto, luego de que se realizaran exhaustivas encuestas para ver cuál era el mejor posicionado ante la opinión pública para tomar la posta.
Ziliotto comenzó la campaña siendo un desconocido para una parte importante del electorado pero el contexto nacional y provincial terminó impulsando su candidatura. La provincia es una de las más ordenadas en términos financieros, tiene superávit fiscal, mantiene abierta la paritaria estatal actualizada con cláusula gatillo de acuerdo al IPC, y aunque los efectos de la crisis económica nacional también se sienten, el microclima de “distrito chico” fácil de gobernar terminó pesando y como dicen con resignación los opositores “da igual a quién ponga el peronismo, siempre gana”.
La campaña electoral que concluyó el jueves pasado estuvo signada por la discusión en torno al impacto de la política económica nacional en el orden local y por la eterna discusión en torno al problema del agua, que enfrente a la provincia con Mendoza por el uso de los cauces del río Atuel y el Río Colorado. Desde Cambiemos trataron de ignorar los dos temas, ya que a ninguno de ellos le podían sacar rédito. Ante el desmadre de la economía nacional trataron de despegarse de la figura de Macri, cambiando incluso los colores amarillos de la alianza por un rojo más UCR. Mientras que la cuestión de los ríos fue ignorada, ya que tanto la administración Macri, como el gobierno del radical Cornejo en Mendoza, han jugado abiertamente en contra de los intereses provinciales durante los últimos tres años.