Desde Budapest
La final femenina de la Champions League repitió al club ganador por cuarta vez consecutiva. El Olympique Lyon hizo historia en el fútbol europeo al aplastar al Barcelona por 4-1 este fin de semana y lograr la sexta corona continental en sus vitrinas. Sin objeciones, el equipo francés está marcando una era en los libros del fútbol. Allí también quedará registrado el nombre de una mujer argentina, Florencia Soledad Jaimes, quien se convirtió en la primera jugadora nacional en levantar el título más importante del mundo a nivel clubes.
A una hora de finalizada la consagración, todavía las futbolistas del Olympique continúan festejado en un escenario casi vacío. De los 20 mil espectadores que asistieron al Ferencváros Stadium de la capital de Hungría, solo quedan las jugadoras en campo, más algunos familiares y amigos en la platea. En medio del festejo íntimo, sonriente Jaimes accede a dialogar con Página/12. Arranca con lo primero que se le viene entre tanta alegría: "Es un orgullo ser futbolista argentina, venir a jugar a Europa y ganar los tres campeonatos. No tengo palabras, no lo puedo describir. No sé qué decir. Es todo felicidad".
A sus 30 años, Jaimes transcurre el momento más prestigioso de su carrera como futbolista. Está en la élite del fútbol profesional femenino, al que arribó luego de ser campeona también en el Dalian Quanjian, de China. La entrerriana jugó de forma amateur en Boca y en River, hasta emigrar al profesionalismo en Brasil, donde militó en Foz Cataratas, Sao Paulo y Santos. Se la nota tan agradecida como identificada por su paso por el fútbol brasileño, que habla con acentos y algunas palabras en portugués. En Brasil pasó cuatro años de crecimiento en una liga competitiva, donde en 2017 recibió el Balón de Plata por ser goleadora del torneo con 18 goles en 19 partidos. Y su equipo, Santos, fue campeón. "Brasil me sacó de ser amateur a ser profesional. Me brindó muchas cosas como acceder a la facultad, poder ocuparme en entrenar, trabajar en blanco y una estructura maravillosa, lo que es difícil en fútbol femenino en Sudamérica", reconoce esta delantera que siente como pocas la camiseta argentina, que defiende desde la Sub 20 y que vestirá en la Copa del Mundo que se disputará a partir del 7 de junio próximo en Francia.
Brasil fue su primer gran salto. Pero lo que vive actualmente en Francia es el paraíso del profesionalismo. Esto se debe a que hace 15 años, el presidente del Olympique Lyon, Jean-Michel Aulas, decidió invertir en el fútbol femenino para distinguirse del resto de los grandes de Europa y lo consiguió. Entre tantas estrellas, el Olympique Lyon cuenta con delanteras como la flamante primera Balón de Oro en 2018, la noruega Ada Hergerberg (hizo tres goles en la final) y la fenomenal francesa Eugéne Le Sommer, que superó los 250 goles en su trayectoria. A ese plantel con prestigiosas atacantes se sumó este año Soledad. Si bien la argentina no acumuló minutos en la Champions, ya debutó en la red en el torneo francés y se siente honrada de compartir entrenamientos con tantas figuras.
--¿Cómo evalúas este momento de tu carrera en un fútbol tan profesional como el europeo?
--En términos de fútbol femenino aquí es completamente diferente a todo lo que había experimentado. Por lo que yo vivo acá en el club, le dan tanta relevancia como al fútbol masculino. Casi no hay diferencia en el trato. Obviamente, sí en el aspecto salarial, pero en estructura es igual: masculino o femenino se trata de la misma forma.
--¿Y notás el avance del fútbol femenino a nivel mundial?
--La visibilidad ha aumentado, pienso que en Europa se tenía hace mucho tiempo. Cuando estaba jugando en Brasil, allí era mucho más popular que en toda Sudamérica. Pienso que Argentina está lejos, recién este año salió la profesionalización y es un buen comienzo. Ahora viene el Mundial femenino, que también pienso tendrá más visibilidad en nuestro país y es algo positivo: que el fútbol femenino tienda a crecer.
--Se te ve muy alegre en cada festejo de los tres títulos con tus compañeras, más allá de no tener los minutos en campo que estabas acostumbrada...
--Aquí estoy súper feliz. Me siento parte del grupo, hace poco tiempo que llegué y tampoco pretendo mucho tan rápido. Veo las monstruas que tengo al lado, que es un orgullo sólo entrenar con ellas y ser parte de este fantástico equipo. Ganar Campeonato, Copa de Liga y Champions League es un sueño. Poder compartir con enormes jugadoras, más allá de estar en el banco, es algo tan hermoso que no tengo palabras para describirlo.
--¿Cómo es la adaptación entre tantas estrellas con otras costumbres?
--Son grandes personas y muy humildes. Todas las jugadoras me integraron fenomenal, intentaron que yo me adapte de la mejor manera, incluso por la dificultad del idioma. Hasta el día de hoy, aunque hace casi seis meses que estoy en Lyon, me es difícil el tema del francés. Trato de avanzar lo mejor posible, pero todo lleva un tiempo.
--¿Extrañás más Argentina o tu calidad de vida profesional en Brasil?
--Estuve cuatro años en Brasil donde me sentí muy cómoda y me gustaba. Extraño mucho. Pero más extraño mi provincia, echo mucho de menos ir a Nogoyá. Cuando tengo días de vacaciones, yo no me voy a ningún otro lado. Sólo a Nogoyá. ¡No hay otro lugar!
Esa triple corona que no pudieron lograr Lionel Messi, ni los argentinos del Ajax o Tottenham, la conquistó Soledad Jaimes. Al terminar los festejos en Budapest, se estará sumando al predio de Ezeiza con miras al Mundial Francia 2019: "Me siento feliz de estar convocada a la Selección una vez más, ser parte del grupo e intentar que la selección llegue lo más alto que pueda y poder aportar mi cuota me hace muy feliz".