Productores hortícolas de la zona de Berazategui, Florencio Varela y La Plata que abastecen buena parte del consumo de lechuga, acelga, espinaca, tomate y morrón del Area Metropolitana, reclaman algún tipo de respuesta consistente de parte del gobierno nacional y provincial ante los destrozos que produjo el temporal del domingo pasado. El riesgo es que se pierda la producción actual y quede en peligro la próxima campaña, lo que tendrá impacto al alza en los precios y haría quebrar a las unidades productivas. Hasta ahora, las autoridades nacionales y provinciales ofrecieron tres rollos de nylon por quinta y créditos a tasa subsidiada, pero las organizaciones de productores advirtieron que es insignificante frente a las necesidades que enfrentan.
“Estamos desesperados. Esto nos dejó sin poder arrancar. No podemos acomodar la quinta porque no tenemos el dinero. En abril/mayo empieza la nueva campaña y muchos están abandonando las quintas. El Gobierno propuso un paquete de ayuda que no soluciona ni siquiera el uno por ciento del daño”, explicó a PáginaI12 Salvador Vides, presidente de la Asociación Platense de Horticultores Independientes. Se estima que el 70 por ciento de la verdura que se consume en el conurbano bonaerense y en la Ciudad de Buenos Aires se produce en el cinturón hortícola afectado por el temporal. En esa zona hay unos 7 mil pequeños productores. Son producciones familiares con una fuerte presencia de la comunidad boliviana. Cada unidad productiva tiene entre una y dos hectáreas. Apenas el 10 por ciento de los productores tiene un porte mayor, lo que les da incidencia en la producción total. Se produce lechuga, acelga, espinaca, tomate, morrón y también frutillas y flores.
“La situación es grave y cae en un mal momento. Los productores venían con problemas desde la devaluación de diciembre de 2015, que disparó los alquileres. Además, todos los insumos se encarecieron. La gran diferencia frente al maíz, soja o trigo es que los pequeños productores compran en dólares pero venden en pesos. Hubo aumento de los precios pero no al nivel de lo que subieron los costos. También complicó muchísimo el aumento de las tarifas porque encareció el riego por bombeo”, explicó a este diario Guido Prividera, investigador de la Universidad de Moreno.
“El temporal del domingo –con ráfagas de viento de 120 km/h– destrozó las varillas de madera y los nylon de los invernaderos. También tiró abajo los postes de electricidad, con lo cual los productores se quedaron sin servicio eléctrico. Hay muchísimos productores sin luz y ahí el problema es doble: se necesita salvar lo poco que queda en pie después de las roturas pero además peligra la próxima cosecha, porque como no hay luz no se puede regar”, explicó a este diario Sergio Dumrauf, docente de la Universidad de La Plata e integrante de la Corriente Agraria Nacional y Popular, que apoya el reclamo de las organizaciones de productores. Calculan que el 90 por ciento de los productores quedaron afectados y que si el Estado no interviene, la situación social se va a complicar y además se sentirá el efecto en los precios. “Las pérdidas son del 80 por ciento de la producción y de las instalaciones. En casos individuales afectó al 100 por ciento de la quinta incluida la vivienda”, agregó Nazario Ramos, de la Cooperativa Nueva Esperanza.
El lunes se realizó una reunión entre los productores y representantes del Estado nacional, provincial y de los municipios involucrados. El ofrecimiento oficial consistió en dos rollos de nylon por productor y créditos a tasa subsidiada. Pero los productores, por su debilidad patrimonial y la informalidad, no son sujetos de crédito. Reclaman un subsidio inmediato de 100 mil pesos por productor, que es el costo de fabricar tres invernáculos de 50 por 6,30 metros. Tampoco hay certezas sobre la posibilidad de recuperar la energía eléctrica. El jueves las organizaciones de productores cortaron la ruta 2 a la altura del barrio El Peligro. Por ahora, la respuesta del gobierno fue entregar cuatro rollos de nylon en vez de dos y algo de madera para hacer las varillas.