Desde Moscú
Vladimir Zelenski fue juramentado ayer por la mañana como sexto presidente de Ucrania, y el ex cómico prometió disolver el parlamento y provocar elecciones parlamentarias anticipadas. Zelenski, que anteriormente no tenía experiencia política, declaró en la ceremonia en Kiev: “Estoy disolviendo el Verkhovna Rada (parlamento)”.
El primer ministro de Ucrania, Vladímir Groisman, anunció que dimitirá mañana después de que fuera investido presidente Zelenski, que había demandado la renuncia del Gobierno en pleno. “He decidido presentar mi dimisión el miércoles, inmediatamente después de la reunión del Ejecutivo”, dijo Groisman en una rueda de prensa. Groisman, fiel aliado del ahora expresidente Petró Poroshenko, aseguró que propuso a Zelenski “un nuevo orden” para hacer a Ucrania “más fuerte”, pero que éste eligió “otro camino”.
Hace mucho tiempo que Zelenski indicó su intención de disolver el parlamento, que fue elegido en 2014 y es en gran parte hostil a él. Pero no quedó claro de inmediato si tenía la autoridad legal para hacerlo, y es probable que se presenten argumentos judiciales.
La administración a la que reemplaza “no hizo nada para que muchos ucranianos se sintieran ucranianos” dijo en su mensaje de investidura. Su presidencia será diferente y funcionaría para todos “sin importar por quién votaron”. Fue “una victoria común”, sostuvo.
“Cada uno de nosotros ha prestado juramento hoy”, dijo Zelenski. “Cada uno de nosotros es responsable de Ucrania que queremos dejar a nuestros hijos”.
Zelenski afirmó que su “principal prioridad” era llevar la paz al este de Ucrania, donde la guerra con las milicias respaldadas por Rusia se ha librado durante los últimos cinco años. Para ponerle fin a “que se mueran más héroes”, dijo que estaba listo para hacer “cualquier cosa”, incluido el sacrificio de “la popularidad y el puesto”.
En varios puntos, Zelenski obviamente se dirigió al este del país de habla rusa, a quien dijo que había sido olvidado. También le prometió la ciudadanía a cualquiera que “desee construir la nueva Ucrania”.
La retórica contrastaba fuertemente con el nacionalismo étnico defendido por su predecesor, Petro Poroshenko, quien estaba sentado entre varias docenas de dignatarios extranjeros en el parlamento. El tono inclusivo también provocó una reacción obvia de los elementos nacionalistas en el parlamento. En un momento dado, el parlamentario Oleh Lyashko entró en diálogo con él, aparentemente por su uso del ruso. “Basta, señor Lyashko”, fue la respuesta del presidente. “Basta de dividir a la gente. Todos somos ucranianos. Ucrania es lo que está escrito en nuestro pasaporte”.
Antes de la ceremonia, los ayudantes de Zelenski prometieron un espectáculo que rompería el protocolo. Así fue como debía ser. Llegó al Parlamento a pie, abandonando la caravana presidencial. Después de su discurso, abandonó el parlamento para dar una vuelta triunfal, dando la mano a sus simpatizantes.
Era obviamente una exposición de su alta popularidad. El equilibrio de poder parlamentario-presidencial de Ucrania sin duda presenta a Zelenski con su mayor desafío. El presidente solo tiene poderes limitados de nombramiento, no puede despedir a los ministros y no puede aprobar leyes sin la aprobación parlamentaria. También tiene pocos aliados obvios en el parlamento.
El deseo de Zelenski de disolver el cuerpo y desencadenar nuevas elecciones es bastante comprensible. Pero la logística de hacerlo es más complicada de lo que él sugería ayer, y es probable que los parlamentarios hostiles den pelea.
Según la ley ucraniana, el presidente puede disolver el parlamento siempre y cuando no haya perspectivas de una coalición activa. Pero una peculiaridad de la ley también permite que se establezca una coalición de 30 días. La ley también establece que el presidente no puede disolver el parlamento en los seis meses anteriores a las elecciones parlamentarias ordinarias que estaban programadas para octubre.
Esta combinación parecía estar detrás del anuncio del 17 de mayo por parte del Frente Popular, un socio menor de la coalición, de que estaba abandonando la coalición. Muchos asumieron que la maniobra había eliminado la oportunidad para que Zelenski convocara elecciones anticipadas.
Con los desafíos legales inevitables, Zelenski cree que su respaldo popular triunfará sobre los asuntos de procedimiento. “Los abogados dicen que hay motivos para disolver, aunque eso se discutirá en los tribunales”, sugirió el experto político independiente Vladimir Fesenko en comentarios a The Independent. “Puede ser irrelevante. En Ucrania, la lógica de la política siempre domina la lógica del derecho”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.