Fue otro encuentro en busca de la unidad y la construcción de un gran frente opositor, tras la decisión de Cristina Fernández de Kirchner de ungir a Alberto Fernández como candidato presidencial. Con el auditorio del recuperado Hotel Bauen desbordado, el cooperativista Carlos Heller, del Partido Solidario (Psol), y Máximo Kirchner, en nombre de Unidad Ciudadana y La Cámpora, expusieron sobre la necesidad de confluir en la coalición que ponga fin a la experiencia macrista en el Gobierno en las elecciones de octubre. Máximo propuso “la necesidad de sumar esas verdades relativas, como decía Néstor” (Kirchner), y a los “desilusionados” y “los que todavía dudan” para formar un proyecto que “dé una mejor calidad de vida para los ciudadanos”. Heller planteó en el mismo sentido “unir a los que piensan parecido, convivir con las diferencias y matices en una unidad con grandes objetivos, en un país sin pobres, con trabajo, con pymes funcionado, con científicos trabajando y un sistema sanitario y educativo con la gente”.
El anfitrión Heller fue el encargado de abrir un encuentro con muchos invitados, convocado bajo la consigna “Otro país es posible”. Luego, el líder de La Cámpora repasó las consecuencias de las políticas económicas del macrismo y los “sacrificios” que le pide a la sociedad con “una pedantería de poco nivel de humanidad”. “Un patrón como Mauricio Macri no iba a resolver los problemas de los argentinos, por su procedencia de clase es eso, un patrón”, sostuvo.
“Es saludable para la democracia, que la compañera pueda tomar la decisión. Elegir libre la estrategia”, dijo Máximo sobre la decisión de CFK de ir como vice en una fórmula encabezada por Alberto Fernández. Después agregó que no cualquiera en la política argentina privilegia el proyecto a las ambiciones personales y lo definió con un ejemplo que alcanza a otros actores pero que prefirió hacerlo como propio: “Yo puedo renunciar a la convocatoria de la Selección para la Copa América, para la que nunca fui convocado”, señaló y arrancó sonrisas en el auditorio.
Luego se refirió al “prejuicio” que instaló Cambiemos contra los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y una parte de la sociedad, lo que causó un daño que “ha sido enorme”. Lo incluyó en una larga lista de “deconstrucción” para dar la batalla electoral, donde sostuvo que “la palabra va a ser un terreno de disputa, ante el mensaje de 30 segundos que el Gobierno instaló a través de Internet en el inmenso laboratorio que conduce Marcos Peña”.
Pero luego lo contrapuso con que los “sectores agredidos, injustamente agraviados, se empezaron a encontrar. Por eso cuando veo a Pino (Solanas), Vicky (Donda) o Alberto Fernández en un mismo espacio me pongo muy alegre, porque todavía tenemos la capacidad de convencer que perdió el Gobierno”. “Eso vale mucho –agregó Máximo Kirchner–, es empezar a debatir una alternativa sin que nadie se ponga de portero o patovica y decida si vos entras o no.” Es –dijo– “un proceso dificultoso, lento, diferente” que abre la posibilidad de construir un frente común.
Totalmente desbordado el auditorio del Bauen, en las primeras filas aplaudían dirigentes políticos como Héctor Recalde, el socialista Jorge Rivas, Diana Conti, Gustavo López, de Forja, Julián Domínguez, Carlos Tomada, Daniel Filmus, Mara Brower, Mercedes Marcó del Pont, los camporistas Andrés Larroque, Mariano Recalde y Luana Volnovich, así como el secretario general del Psol, Juan Carlos Junio, varios dirigentes provinciales el bancario Sergio Palazzo, entre muchos otros.
También había representantes de la cultura como Horacio González, el artista plástico Daniel Santoro, Roberto “Tito” Cosa, Vicente Muleiro, la cantante Susana Rinaldi, la secretaria de la Asociación Argentina de Actores, Alejandra Darín, y varios periodistas.
Antes, Carlos Heller reconoció la sorpresa por la decisión de CFK: parafraseó a Mario Benedetti que escribió “cuando creíamos que nos sabíamos todas las respuestas nos cambiaron las preguntas”. Pero repasó varios discursos de la senadora y ex presidenta, que incluyeron sus incursiones públicas durante la campaña de 2017, en los estadios de Arsenal y Racing Club, donde proponía privilegiar la construcción de un proyecto político y ofrecer su aporte desde cualquier lugar”. “Como lo hizo en la sede del Partido Justicialista hace poco”, insistió Heller.
Luego hizo un repaso de las consecuencias económicas de la política de Cambiemos, la deuda externa que condicionará al futuro gobierno, y presentó un catálogo de propuestas económicas que puso a disposición de “la unidad”, en cuyo marco destacó la necesidad de revalorizar el papel del Estado.