En 1976, de la mano del productor Dino De Laurentiis, se estrenó en Estados Unidos una remake de la clásica película King Kong, de 1933. Pero lo que pocos recuerdan es que el gorila gigante estuvo de visita por Argentina en 1978. El bicho “animatrónico” de 17 metros de altura fue la “principal” atracción de un espectáculo de circo que llegó al predio de La Rural. “Era un show muy berreta”, recuerda el músico Omar Giammarco, que por entonces era un niño. “Detrás de un telón enorme se escuchaban cada tanto sonidos guturales. Todo el mundo esperaba que apareciera King Kong. Pasó una hora y pico de espectáculo y no pasaba nada. Y de golpe caía el telón y aparecía el mono rompiéndose las cadenas y golpeándose el pecho. Pero a los dos minutos nos sacaban a todos del lugar, era un afano terrible. Después el show se traslada a Mar del Plata durante la temporada de verano de 1979 pero resulta un fracaso total”, completa la anécdota.

  La cuestión que es ésa historia inspiró al cantante y compositor a escribir “Kong”, unas de las canciones más emotivas del disco que acaba de editar, Ensimismado, y que presentará hoy a las 21 en La Tangente (Honduras 5317), con Hernán “Cucuza” Castiello y Max Aguirre de invitados. “Se escapan los productores, hay juicios de por medio y el muñeco queda en un baldío de Mar del Plata tapado con lonas. Después no se sabe qué pasó, no había nadie que se hiciera cargo. Y ahí está la parte de fantasía de la canción, que es imaginar a dónde fue. La canción es una metáfora sobre el artista y el olvido; que es un poco lo que le espera a todo artista al final, ¿no? Es desoladora la imagen del gorila abandonado en el medio de un baldío en el invierno de Mar Del Plata”, grafica.

  El sexto disco solista de Giammarco continúa por una búsqueda sonora que viene profundizando en los últimos años: una canción enfocada en la región cultural que abarca el Río de la Plata, el Litoral argentino-uruguayo y Río Grande Do Sul. Lo que el músico y escritor Vitor Ramil llamó Estética del Frío. “El vínculo cultural en esta zona lo confirmé cuando empecé a ir a tocar mucho a esos lugares a partir del disco que hice con el músico gaúcho Arthur de Faria (se refiere a Música menor, 2015). Por eso, en este disco di un paso más y grabé en Porto Alegre un samba en coautoría con Arthur, ‘Operario del señor’, y en Montevideo la murga ‘Por estos barrios’ y el candombe ‘Nada se queda en el mismo lugar’, con Raúl Castro y los hermanos Martín y Nicolás Ibarburu”, detalla el músico porteño.

  Ensimismado, que contó con la producción artística de Pelu Romero, se reparte a lo largo de once canciones por dos momentos bien definidos: un clima hacia afuera y celebratorio, y otro más introspectivo. Los dos estados de ánimo conviven en un mismo disco. Entre las primeras, se encuentran la rabiosa “Palo chino” o la versión súper rockera de “Música de fondo para cualquier fiesta animada”, de Sui Generis, con Rodolfo García en batería. “La toco hace mil años, forma parte de mi repertorio de fogón. Y en un cumpleaños de Liliana Herrero la toqué y después sentí que algo pasaba. Es una canción que parece escrita hace cinco minutos, porque este país es una calesita que vuelve siempre al mismo lugar”, entiende. Y en el segundo grupo, en tanto, se podrían mencionar la íntima “La primera vez”, “Soñar con él” o la bella “Antes que amanezca”, dedicada a su hija, a piano y voz. A medio camino entre ambos estados, aparece “Si alguna vez lo ves”, compuesta junto al dibujante y cantor Max Aguirre, quien también se ocupó del arte gráfico.