El presidente Mauricio Macri comparó la entrega de computadoras del Programa Conectar Igualdad sin provisión de internet con el reparto de carne para asado sin una parrilla o sin elementos para encender el fuego. Este desafortunado ejercicio de comparación ignora los procesos educativos que Conectar Igualdad habilitaba y el potencial pedagógico del equipamiento tecnológico que el programa ofrecía.
La discusión sobre la brecha digital no es el corazón de esta columna, pero ante declaraciones de semejante liviandad, corresponde señalar este aspecto importante de un programa que el propio Presidente afirmó que sostendría en su gestión. Por ello, vale la pena recordar que entre 2010 y 2015 el programa Conectar Igualdad depositó más de 5.300.000 de netbooks en manos de docentes y jóvenes de las escuelas secundarias, escuelas especiales e institutos de formación docente de nuestro país. De acuerdo al Instituto de Estadísticas de la UNESCO, en 2009, existía una relación de 12 alumnos por cada computadora en las escuelas secundarias de gestión estatal de la Argentina. A fines de 2014, todos los alumnos de las escuelas secundarias de gestión estatal contaban con una computadora, por lo que esta relación quedó en 1 computadora por alumno. De ese modo, se ilustra la enorme contribución de Conectar Igualdad en términos de achicamiento de la brecha digital.
Existen, al menos, tres argumentos para confrontar las afirmaciones del primer mandatario. En primer lugar, las netbooks de Conectar Igualdad son (el uso del presente no es ingenuo, pues en la mayoría de las escuelas del país son las computadoras de uso más frecuente) dispositivos de alta calidad pedagógica en sí mismos. Incluyen contenido y programas de uso específico para Matemática, Física, Biología, por mencionar algunas de las disciplinas que integran el curriculum. También ofrecen material digital como enciclopedias, imágenes, videos, e-books. Las computadoras del programa contienen software que favorecen la creatividad, la interactividad y la programación. Además, Conectar Igualdad desarrolló Huayra, su propio sistema operativo basado en Debian GNU Linux. El acceso y uso de estos programas y contenidos de alto valor pedagógico no requiere conectividad a internet, pues están disponibles y preinstalados en cada una de las netbooks. Las netbooks son una ventana no solo al consumo de tecnología, sino también a la producción de información y contenidos.
En segundo lugar, la entrega de computadoras del programa Conectar Igualdad se acompañaba con la instalación de un piso tecnológico que configuraba una red interna (intranet), cuyo centro era el servidor escolar al cual se enlazaban las netbooks. Esta red interna, que vinculaba a todos los equipos entre sí, permitía que tengan acceso a un conjunto importante de archivos y contenidos que almacenaba el servidor, más allá de aquellos ya preinstalados en las netbooks. A través de la red interna, y sin necesidad de recurrir a una conexión a internet, los docentes y alumnos podían, por ejemplo, realizar tareas colaborativas, compartir carpetas y contenidos y usar plataformas de aprendizaje virtual. Por otra parte, la computadora era de los chicos. Eventualmente, podían llevarla a su casa y conectarse a internet o ir a espacios públicos con conectividad. Conectar Igualdad trascendía las paredes de la escuela.
En tercer lugar, el propio Presidente debe ser consciente del desafío en términos de infraestructura tecnológica que supone proveer de conectividad a todas las escuelas del sistema. Estudios internacionales y nacionales dan cuenta del acceso limitado a internet de alta velocidad en nuestro país y de las disparidades regionales existentes. De allí que difícilmente se pueda proveer conectividad con un alcance y potencial pedagógico significativo en las instituciones educativas. Mayores serán los obstáculos para un uso pedagógico masivo en los edificios con infraestructura deficiente o escuelas donde asisten en un mismo turno más de 200 alumnos. Cabe decir que la iniciativa de conectividad actual de bajo alcance se da en un contexto donde el Programa Conectar Igualdad se discontinuó, por lo que la entrega de computadoras no sucede en las dimensiones de antaño. Por lo tanto, proveer elementos escasos para encender el fuego --internet con uso pedagógico limitado-- sin la carne --las computadoras-- tampoco configura un buen plan de asado.
Por último, el Presidente hizo referencia a la conectividad internet como una de las bases para el crecimiento. Es imposible desconocer la importancia, las oportunidades y desafíos que abre internet en estos tiempos. Ahora bien, hay que ser claros en un punto: los pilares del sistema educativo son nuestros docentes. A ellos, el Estado debe acompañarlos con libros, tecnología, escuelas en buenas condiciones de infraestructura, buenos salarios, inversión sostenida. Señor Presidente, ellos son los mejores asadores que tenemos.
* Pedagoga. Ex directora del Plan Conectar-Igualdad.