Alberto Sileoni le contestó al presidente Mauricio Macri su consideración de que el Conectar Igualdad fue como “repartir asado”. Ex ministro de Educación en la gestión kirchnerista, Sileoni tuvo a su cargo, entre 2009 y 2015, el programa por el que recibieron una netbook 5,4 millones de estudiantes. En diálogo con PáginaI12, habló de los objetivos de lo que fue aquel ambicioso plan del Estado Nacional y dio su lectura sobre por qué Cambiemos lo desguazó, a pesar de que propio presidente Macri, durante la campaña electoral, había prometido mantenerlo. “Nos gobierna una derecha ignorante”, sostuvo.
Macri hizo las declaraciones de la polémica anteayer: “¿De qué servía repartir computadoras si las escuelas no tenían conectividad a Internet? Es como repartir asado y no tener parrilla, no tener para prender el fuego”, sostuvo el Presidente. Luego consideró que el programa “era una cosa absurda”.
–¿Qué conectividad tuvieron las escuelas desde que se lanzó el plan Conectar Igualdad, en 2010, hasta 2015?
–Es cierto que no todas las escuelas tenían conectividad: la tenían alrededor de 7 mil, un número cercano al 40 por ciento. Había algunas con acceso a internet y alrededor de 2 mil con conexión satelital, esto sobre en las escuelas rurales. Hacia el fin de la gestión habíamos ordenado la situación en lo que se llamó el Plan Nacional de Inclusión Digital, que tenía la distribución de las netbooks, que llegaron a ser 5 millones 400 mil y que incluía formación docente. Las netbooks fueron a las escuelas secundarias, a los institutos de formación docente y a las escuelas especiales en una relación de 1 por alumno. A partir de 2014 distribuimos además 7 mil aulas digitales móviles, que son un carro con 30 netbooks para las escuelas primarias. En ese caso, ya no era una por alumno sino 30 para usar en la escuela. Con eso todos los alumnos de una escuela tenían la posibilidad de trabajar con tecnología, por curso, una o dos veces por semana.
–¿Qué pudieron determinar sobre su impacto?
–En términos universales, la netbook del Estado fue la primera computadora para el 30 por ciento de los pibes. Ahora, poniendo el foco en la vulnerabilidad, la netbook del Estado fue la primera computadora para el 47 por ciento de los chicos. Y para el 45 por ciento de los estudiantes de zonas rurales. El Estado logró hacerse presente en la posibilidad de acceso tecnológico de las familias, porque esa netbook se llevaba a la casa, se abría en la mesa estaban los hermanos menores y los padres. Eso ocurría y no puede mirarse como un fenómeno menor.
–El proyecto era llegar a una conectividad del 100 por ciento, ¿en cuánto tiempo?
–Estábamos trabajando para eso con el ministerio de Planificación Federal, por supuesto con dificultades. Es un proceso, y en todo proceso tiene que haber evoluciones y tiempos. También teníamos un cuello de botella en la reparación de los equipos, en un programa que fue casi único en el mundo por su tamaño: 5 millones 400 mil equipos. Decían que los iban a robar y los iban a vender en el mercado negro. Falso, no ocurrió. Sí ocurrió que las iban rompiendo y quizás teníamos que mejorar la respuesta para que las reparaciones fueran más rápidas. Otro cuestionamiento es que no estaban capacitados los docentes. Es cierto, los estábamos capacitando. Alguno dirá ¿por qué no los capacitaron primero y después distribuyeron? No es el camino, no podés esperar a capacitar a dos millones de docentes, porque cuando terminaste de capacitar al último ya la tecnología es otra. Son procesos que se van dando y tienen que tener sus ajustes. Porque siempre hay desajustes o cosas que no terminás de hacer; lo único que no hay que hacer es discontinuarlo.
–En el plano de lo ideológico, ¿qué expresó el razonamiento del Presidente? Esta idea de que fue tan absurdo entregar netbooks como repartir asado al que no tiene parrilla...
–No me sorprende. Ya lo dijeron de otras maneras: “para qué tener universidades en todos lados si los pobres no llegan a la universidad”, de “les hicieron creer que podían tener”, es la ceguera de clase. Incapacidad para ponerse en el lugar del otro, insensibilidad... pero sobre todo ignorancia. Esta derecha que gobierna es una derecha muy ignorante. Ignorante por lo que desconoce, por lo que deja de conocer por sus prejuicios, por su soberbia de no querer saber. Cuando la gobernadora dice “los pobres no llegan a la universidad” se pierde de visitar las veinte universidades que tiene el territorio bonaerense, donde podría comprobar, si va a las siete media, ocho de la mañana, el esfuerzo extraordinario que hacen los muchachos y las muchachas para estudiar. Trabajo en la Universidad de Hurlingham, donde el 50 por ciento de los alumnos son papás o mamás, y son pobres. Es falso lo que dice el Presidente y es falso lo que dice la gobernadora sobre que los pobres no llegan a la universidad. Los quintiles que más crecieron en términos universitarios fueron los quintiles 1 y 2.
–¿Qué hizo el gobierno de Cambiemos para disminuir la brecha de desigualdad tecnológica?
–Nada. Nada, no hizo nada. El Gobierno miente. Dice que introdujo la robótica, pero lo cierto es que no trabaja con escala, desapareció el Estado nacional. Dice “sustituimos las netbooks por teléfonos celulares”. Es falso en términos de impacto. Sí, han distribuido cuatro teléfonos celulares en algunas escuelas, está bien, y alguien puede decir que en una escuela hay un proyecto de robótica, está bien, y antes también los había. Lo que hay que medir son políticas públicas, a escala. No han hecho nada. Me envían con mucha frecuencia fotos desde todo el país de aulas con cadáveres de netbooks. Esto es lo que han hecho. Creo que Conectar Igualdad es, por otra parte, una marca del gobierno popular, un símbolo. Por eso su desestructuración, me parece, tiene una explicación a partir del odio. Sufrió la misma agresión que habían sufrido algunos elementos de la Fundación Eva Perón en el 55... el Conectar Igualdad no es sólo tecnología, es también un símbolo del gobierno populista.