La balanza comercial registró en abril un saldo positivo de 1131 millones de dólares, lo cual implica una fuerte mejora frente al rojo de 887 millones del mismo período del año pasado. Ese desempeño se explica en primer lugar por el desplome de las importaciones de vehículos, máquinas y material eléctrico, a causa de la caída de la inversión y del consumo en el mercado local. Las exportaciones crecieron medidas en cantidades, pero apenas alcanzaron a compensar la caída de los precios. En el primer cuatrimestre, el superávit de divisas comerciales fue de 3147 millones de dólares, contra un déficit de 3259 millones a esta altura del año pasado.
La reversión del saldo comercial es uno de los pocos puntos positivos que muestra el tablero de comando de la economía de Cambiemos. Implica la recuperación de una fuente genuina de divisas, en un contexto de fuerte presión en el sector externo a causa de la fuga de capitales y de los vencimientos de la deuda. Sin embargo, la contracara de la sensible mejora del saldo comercial que se viene dando desde mediados del año pasado es la crisis del consumo y de la inversión en la economía local. En otras palabras, el aumento de la pobreza y del desempleo, el cierre de fábricas y la paralización de los proyectos de inversión afectan negativamente a las importaciones, entonces mejora el balance neto de divisas comerciales. Este efecto predomina por sobre el encarecimiento de las importaciones y el abaratamiento de exportaciones por la devaluación del peso. La mejora comercial también se debe a la recuperación de la cosecha de soja frente al año pasado, cuando la sequía redujo la producción en un 30 por ciento.
En abril, las importaciones bajaron un 31,6 por ciento, la novena caída interanual consecutiva. A nivel rubros, las compras de bienes de capital bajaron 42,3 por ciento; piezas y accesorios para bienes de capital, un 28,2, y bienes de consumo tuvo una merma del 35 por ciento. Se destacó la caída del ingreso de vehículos (-452 millones de dólares), partes para aparatos electrónicos y circuitos impresos (-126 millones), camiones y utilitarios (-52 millones), gas natural en estado gaseoso (-47 millones) y porotos de soja (-42 millones). Las importaciones provenientes del Mercosur cayeron por encima del promedio (-40,6 por ciento).
Las exportaciones en abril tuvieron una mejora del 1,7 por ciento, a pesar de la caída del 7,7 por ciento en los precios, más que compensada por el alza del 10,3 por ciento en las cantidades enviadas. El valor de las exportaciones de productos primarios creció 18,8 por ciento a partir de la mejora en las ventas de maíz en grano (192 millones de dólares), trigo (73 millones) y porotos de soja (56 millones). En cambio, las manufacturas de origen agropecuario registraron una merma del 5,6 por ciento por la disminución de las ventas de aceite de soja en bruto y de harina y pellets de soja. En el caso de las exportaciones industriales se produjo una caída del 2,3 a raíz de la baja de los despachos de autos, camiones y carbonato de litio, mientras que subieron las ventas de biodiésel y aluminio.
En el primer cuatrimestre, el valor exportado registra una merma del 1,2 por ciento a causa de un deterioro del 2,1 en las manufacturas agropecuarias y del 7,7 en los bienes industriales. Por su parte, las importaciones tienen en cuatro meses una baja del 28,9 por ciento a causa de la caída en el ingreso de bienes de capital (-40,7), bienes intermedios (-13,5), combustibles y lubricantes (-18,7), piezas y accesorios para bienes de capital (-26,5), bienes de consumo (-32,9) y vehículos (-58,5). Se calcula que el año cerrará con un superávit comercial del orden de los 10 mil millones de dólares, lo que implica una fuerte mejora en relación a años previos, como resultado del impacto de la crisis de consumo e inversión sobre la cantidades importadas y de la recuperación del agro.
En el caso del comercio con Brasil, el saldo de abril arrojó un superávit de 4 millones que se explica por un desplome del 45,9 por ciento interanual en las importaciones. También cayeron las exportaciones, aunque en menor medida, un 6,6 por ciento. La suma de exportaciones e importaciones bilaterales –comercio global– supone una reducción del 31,4 por ciento en relación al cuarto mes del año pasado. Gracias al fuerte deterioro del mercado interno, se acumulan cinco meses consecutivos de superávit con Brasil.