Fue un gran acierto de Lacan elegir a Miller como aquel que se iba a hacer cargo de su legado. Miller, filósofo de formación inicial, se encontraba con el psicoanálisis lacaniano en su dimensión de novedad radical. Sin las ataduras a la Psicología o a la Psiquiatría, el filósofo Miller renunció a la filosofía para entrar al torbellino lacaniano con el propósito fundamental de reinventar su Escuela.
A saber, se imponía descifrar, saber leer la clínica implícita en la enseñanza de Lacan y elaborar la teoría de la Escuela apenas insinuada en el texto lacaniano. Estas dos operaciones, Miller las llevó de un modo ejemplar hasta las últimas consecuencias. Solo a través de la elaboración milleriana la apuesta lacaniana se encontró con su verdadera especificidad.
Pero luego, el mundo histórico en el cual Lacan había surgido, comenzó a eclipsarse y el psicoanálisis fue atacado una vez más, ya no sólo intelectualmente. Los propios organismos de salud mental intentaron de diversos modos someter al discurso del psicoanálisis a los dispositivos de la evaluación. En este aspecto, hay que reconocer que Miller supo dar una gran batalla por la condición singular e irreductible de la experiencia analítica. Pero aquí, en este punto problemático, surge un problema de alianzas. Mientras que los pensadores lacanianos de izquierda, Badiou, Zizek, Laclau, etc, son indiferentes al problema, Bernard Lévy se convierte en el aliado principal de Miller en la lucha por la singularidad de la experiencia analítica. Esta alianza, en principio realizada con la mejor intención en relación a la defensa del psicoanálisis, se vuelve nefasta en términos ideológicos y políticos. Lévy, invitado por el gobierno de Macri, defensor como Vargas Llosa de todas las derechas mundiales, está en la base de aquellas declaraciones de Miller con respecto al “lacanopopulismo”, “lacanomelenchonismo” y su feroz contraataque, después de haber sido uno de los principales promotores, contra la denominada “izquierda lacaniana”. Es el auténtico dilema del lacanismo actual, la desafortunada contingencia de haber sido defendido por la derecha filosófica francesa, con Levy como exponente mayor y que su nefasta ideología haya sido compartida decididamente por el gran heredero de Lacan. Desafío de las nuevas generaciones lacanianas, separar a Lacan, conservando la especificidad del psicoanálisis, del neoliberalismo filosófico que quiso capturarlo.
* Psicoanalista y escritor.