Es la noticia que esperaban los muchos amantes de la música progresiva en la Argentina: al fin, después de varias idas y vueltas, especulaciones y dudas bien fundadas en la desastrosa situación económica de la Argentina, la productora Aké Music difundió un flyer digital en el que se lee claramente: “King Crimson - 8 y 9 de octubre - Estadio Luna Park". Y aunque hasta el viernes por la tarde el sitio oficial de la banda, Discipline Global Mobile, seguía consignando solo a Chile y Brasil como paradas sudamericanas
, el anuncio parece ser firme. Todavía no se especificó cuándo se pondrán a la venta las entradas ni -dato que preocupa a más de uno dado el precio del billete verde- cuál será la cotización.
No es un año cualquiera para la banda encabezada por Robert Fripp. El medio siglo cumplido desde el esencial disco In The Court of the Crimson King la encuentra en plena actividad, en excelente forma y en gira mundial, con una formación tan atípica como tantas formuladas por Fripp: un septeto con tres bateristas al frente. “Este King Crimson yo lo vi, del mismo modo que sucedió en experiencias anteriores y en las que confié. Podemos llamarlo pensamiento creativo, lo que no es exactamente pensamiento ordinario. Cuando aparece, tiene la característica de sorpresa, de preguntarse: '¿Cómo puede haber sido así?', y justo después es: '¿Cómo podría haber sido distinto?'”, dijo el guitarrista y compositor en una charla con Página/12 en octubre de 2014, la única entrevista personal con un medio sudamericano en los últimos años. “Lo mismo con el doble trío de 1994: la imagen se apareció en Broad Chalke, un pequeño pueblo de Wiltshire donde está basado Discipline Global Mobile. Es una oficina destartalada y sucia, al lado de la carnicería, que está en el mismo edificio; incluso el carnicero era nuestro casero. Y manejando a través del pueblo, con la iglesia a la izquierda y la escuela a la derecha, considerando a King Crimson, apareció: un trío aquí, un trío allí. Uno junto a la iglesia, uno junto a la escuela.”
En esa misma entrevista, Fripp relató que “en la noche en que nació el futuro rey de Inglaterra, creo que en agosto de 2013, mi esposa y yo estábamos visitando a unos amigos en Londres, estábamos sentados en un pequeño jardín y yo había tomado demasiadas botellas de Persecco, estaba disfrutando mucho la bebida y, reflexionando tranquilamente, hice la pregunta: si King Crimson volviera a tocar mañana, ¿qué sería? Y entonces hubo un grito en la casa de al lado, donde vivían unos amigos de la familia real que habían recibido la noticia diez minutos antes que el público. Con lo que el día que nació el futuro rey de Inglaterra, el nuevo King Crimson apareció. Tres baterías al frente: lo que convencionalmente es la línea trasera pasó adelante. Y lo que convencionalmente es la línea del frente ahora estaba atrás, y cada uno de los instrumentistas estaba claro. No eran cualquieras bateristas, eran Gavin Harrison, Bill Rieflin y Pat Mastelotto; no es cualquier bajista, es Tony Levin; no es cualquier saxofonista, es Mel Collins, y el único posible cantante y guitarrista era Jakko Jakszyk, y yo al final, porque tengo tantas cosas que estaría molestando en el medio. Habiéndolo visto, no estaba seguro de desear embarcarme en eso. Lo consideré por varias semanas y le pregunté a mi esposa, que se había acostumbrado a verme varios días por semana. Pero con su apoyo, hice algunos llamados, mandé mails... y si alguna de estas personas hubiera dicho que no, hubiera sido el fin. Pero todos dijeron sí.” El único cambio desde entonces fue la incorporación de otro baterista, Jeremy Stacey, ya que Rieflin decidió tomar una pausa para “atender cuestiones familiares”. En algunos ensayos la banda llegó a ser octeto con la incorporación del tecladista y saxofonista Theo Travis, pero finalmente Fripp anunció en su página de Facebook que seguirían como septeto.
La visita de este King Crimson es una deuda que no solo los fans quieren saldar: en aquel reportaje en Mendoza, Robert Fripp reveló que su intención era hacer debutar esta formación en la Argentina, tal como hizo con el “doble trío” de 1994. No fue posible: “Con la mejor voluntad del mundo, Argentina es muy frustrante para hacer negocios”, dijo el músico, que ha venido varias veces a este país de modo público o no, sobre todo para dictar cursos de Guitar Craft.