Desde Santa Fe

El Tribunal Oral de Santa Fe dictó su cuarta sentencia desde que es el primero en el país, en 2010, que juzga la violencia de género como delito autónomo de lesa humanidad.  Ayer, condenó a dos ex policías por esos crímenes: a Eduardo "Curro" Ramos a 20 años de cárcel por la "violación" a una adolescente de 16 años y el "abuso deshonesto" de una niña de 14 que militaban en la UES  en 1976 y al comisario Ricardo Ferreyra a 15 años de prisión por los mismos cargos como autor mediato. Fueron las penas más altas en un juicio a tres grupos de tareas que persiguieron, no sólo a los estudiantes secundarios del peronismo, sino también a los militantes de izquierda. Los otros cinco condenados son: un coronel del Ejército que operaba en el Destacamento de Inteligencia 122, Héctor Melitón Martínez, a 12 años de prisión por secuestros y torturas en un centro clandestino en San José del Rincón; el ex coordinador del Area 212, Juan Calixto Perizzotti (10 años), su secretaria María Eva Aebi (7 años), su chofer, Eduardo Córdoba (4 años) y un cómplice de la patota de Ramos en el D-2, Víctor Hugo Cabrera (6 años). 

La presidenta del Tribunal María Ivón Vella leyó el veredicto al mediodía, al lado de sus colegas José María Escobar Cello y Luciano Lauría. Mientras, en la calle, la escuchaba un grupo grande de sobrevivientes del terrorismo de estado. Las reacciones fueron cambiantes a medida que avanzaba la lectura, mezclaron el alivio por las condenas y el malestar por penas tan bajas, que en algunos casos rebajaron a la mitad lo que había solicitado el fiscal Martín Suárez Faisal.

María de los Milagros Almirón que tenía 14 años cuando padeció a Ramos dijo sentirse "muy extraña". "Es como el final. Después de todo este proceso uno sale fortalecida, hay una condena, la justicia en algún punto, llegó", le dijo a Rosario 12. "Es una reparación. Uno siente que es escuchada y que su palabra tiene valor" ante los jueces. El Tribunal no sólo condenó a Ramos y a Ferreyra por su suplicio, sino también a Perizzotti por los "tormentos" y "la privación ilegal de la libertad" a su hermano, Luciano Almirón, que tenía 17 años, en 1977. 

"Sí, condenaron" a los verdugos -reflexionó Marisa Almirón, la hermana mayor-. "Pero lo sufrido sigue en el cuerpo, aunque lo hemos podido transformar. Es importante que la justicia diga esto (que son culpables), ante la sociedad y las historia". Ella también relató en el juicio que su familia fue "desvastada por el terrorismo de estado", contó los padecimientos de sus abuelos, de su madre, María Rosa Almirón, que quedó "cuadripléjica" en una sala de torturas y la persecución a sus tíos. "Lo que pedíamos es justicia, dignidad. No sé si la devuelven, pero (la sentencia) alienta a que es posible un mundo mejor, con más valores". "¿Cómo me siento? Más aliviada, mirado desde la historia", contestó Marisa

El secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos Humanos José Schulman no ocultó su disgusto por la pena tan baja a Cabrera, a quien el Tribunal condenó a seis años de prisión (la mitad de lo que solicitó el fiscal Suárez Faisal) por la "privación ilegal de la libertad" de Schulman, su ex esposa Graciela Roselló y el compañero de ambos, Hernán Gurvich, pero lo "absolvió" por los "tormentos" a los tres. "Vamos a esperar los fundamentos. Absolver a Cabrera por las torturas es ofensivo. El monto de la pena es mínimo, seis años. Igual, seguiremos en la lucha". La hija de Cabrera, Silvina, que estaba junto a su mamá, Susana, y su hermana menor, María, coincidió: "Lo condenaron, pero esperábamos más. Seis años de prisión (domiciliaria) no cubren 43 años de dolor. Habrá que esperar"

El fiscal había pedido 20 años de prisión para el coronel Martínez, uno de los jefes del Destacamento de Inteligencia 122. El Tribunal lo condenó a 12 años por secuestros y torturas a Daniel García, su esposa Alba Sánchez y Andrea Trincheri, en un centro clandestino al que llamaban "El Borgia". "Una condena muy tibia, doce años por desaparecer personas es poco", dijo Edmundo Saade, un ex militante de la UES, quien denunció al militar en el juicio y dijo que lo había reconocido en un traslado. "Melitón era uno de los jefes de la estructura  represiva. Mi memoria no falla. Memoria, verdad y justicia. Pero la pena que le dieron es poca. Una vida no les alcanza para pagar la maldades que hicieron".