--Es muy pintoresco estar en una milonga, donde quizás acabo de cantar algo de Ángel Vargas, y empiezo con "Irresponsables". ¡Y la gente lo baila! Entonces al terminar les digo 'bueno, acaban de bailar un tema de Adrián Dárgelos, de Babasónicos'. Hay milongas y milongas. En algunas aparecen sonrisas y en otras...

--¡Te miran como si los hubieras hecho cometer una herejía!

--¡Exacto! Pero también aparece la sonrisita cómplice de que se dieron cuenta que lo podían bailar y que está buenísimo.

Hernán "Cucuza" Castiello es pura energía cuando habla de Menesunda, el espectáculo con el que desde hace seis años propone un puente entre el tango y el rock. La Menesunda finalmente adquirió la forma de un disco que presentará este sábado a las 23 en La Trastienda (Balcarce 460) con una multitud de invitados que incluye a Rodolfo García, el Zorrito Von Quintiero, Ariel Ardit, Omar Giammarco, Vruma, Acho Estol y muchos otros.

En la Menesunda Cucuza lleva temazos del rock al tango, pero también clásicos del bandoneón a distintos subgéneros rockeros. Así "Aquaforte" toma la forma de un funk, "El ciruja" es un ska y "La abandoné y no sabía", un rock áspero. A la inversa, indispensables rockeros como "Imágenes paganas", "Confesiones de invierno" o "Seguir viviendo sin tu amor" devienen tangos, y "Autobuses" en un vals. El resultado está tan bien logrado que esos cambios resultan de lo más naturales. "Autobuses", de Manuel Moretti, parece haber sido siempre un vals. Otro tanto pasa con "Irresponsables". Además, el cantor fusiona temas: "La hija del fletero" se mezcla con "Amurado", "La Yumba" con "Yendo de la cama al living", y "La rubia tarada" con "Rubias de New York". En el clásico Apocalípticos vs. Integrados no cabe duda para qué equipo Castiello se pone la 10 y levanta la copa.

"Hay temas que tienen el tango en la superficie: pasa mucho con (Luis Alberto) Spinetta, con Charly (García), con Fito (Páez), con (Andrés) Calamaro, pero me gusta bucear porque encontrás otros que también", señala el cantor. Así aparecieron cosas como la de Estelares o Babasónicos (sugerido de su colega Eva Fiori, cuenta), e incluso algunos que quedaron fuera del disco, como "Por tres monedas", de Peligrosos Gorriones (que retomó la Orquesta Los Crayones).

En esa búsqueda también aparecen composiciones más recientes que tienden puentes entre ambos géneros, como "Cemento", de Edu Schmidt. "Ese tango rescata la melancolía presente en el rock, que ahora añora lugares que ya no existen, si antes era el cabaret o un tugurio así, ahora es Cemento", observa Castiello. "Hay una lírica que une y al mismo tiempo la Menesunda da para pensar que si un rock se banca ese pasaje al tango, siendo justos también hay clásicos para hacer el otro camino", reflexiona. "Con 'Ciruja' hicimos una versión ska, que a mí me encanta, donde la letra no desentona; si antes era la historia de un malevo ahora puede ser la del pibe de una barra", plantea.

Aunque el propio cantor querría ver el disco en la batea de "Tango" de las disquerías, también propone ver más allá del anacrónico antagonismo entre bandoneón y guitarra eléctrica. 2019 encuentra a los cultores de uno y otro con más cosas en común que diferencias. Como el chiste de Tute --donde uno con crestas le dice a una chica de flequillo "Sí, ya sé que vos sos stone y yo punk, pero tené en cuenta que en unos años los dos vamos a ser tangueros"--, muchos artistas transitan las dos veredas o que recalaron en el tango tras revistar años en el rock.

Por eso mismo su productor --Pablo Sala-- lo convenció de convertir a la Menesunda en un disco de estudio y no en una grabación en vivo. "Él me preguntó si yo me sentía más tanguero o más rockero", comenta. El vivo lo acercaba al rock. Su corazón --y las ganas de explorar texturas y sonidos-- lo empujaron a los estudios. Se plantó en ION para los temas más tangueros, en MCL Records para los rockeros, y el del productor musical para las voces de Cucuza e invitados.

 

En el espíritu del disco Cucuza destaca particularmente a Palo Pandolfo y a Acho Estol. Del primero por Espiritango, con Los Visitantes. El segundo por ser el compositor de La Chicana, uno de los grupos fundamentales para entender el tango contemporáneo. "Valoré mucho lo de Espiritango porque lo vi corajudo, que se metía en un terreno que no era tan receptivo en ese momento", recuerda. "En esa época no estaba bien visto que el rock o el pop se metieran con el tango", advierte. Si hasta los 70 músicos colaboraban (ahí estaba el primer Mederos compartiendo noches con Almendra), en los 80 la cosa ya era distinta. "Yo no tuve esa cosa de pelea porque siempre fui tanguero a morir, pero también me siento rockero", se define. "Yo sé que Acho se resiste a ser sólo tanguero y le conozco una cultura rockera increíble, pero a mí en su momento Tango agazapado me esperanzó", cuenta. "Ellos dos son tipos que me llevaron a esta Menesunda", reconoce. "Tango y rock son dos géneros que se miran, se tocan y se confunden".