Un plan de emergencia combinado con uno de desarrollo. Esa es la formula que plantea la economista Delfina Rossi. Convocada como expositora del foro político cultural “Encuentro Resistencias”, graduada en las universidades de Barcelona y de Florencia, señaló a Cash que “debe haber un plan de emergencia para la recuperación del poder adquisitivo por medio de paritarias libres y aumento del poder adquisitivo de planes sociales y jubilaciones, condonando por ejemplo los créditos Anses y pisando las tarifas, todo lo cual deberá ir acompañado con mucha concertación y corporativismo para frenar la inflación, lo cual creo que tendrá respuesta positiva en organizaciones de la economía popular y también en las grandes empresas, ya que todos desean estabilidad. Pero va a ser muy difícil llevar adelante este plan de emergencia y estabilización por separado de un plan de desarrollo, porque en el camino se van los dólares, y sin reservas ni generación de divisas es muy difícil pensar en cualquier calendario de repago de una Argentina a la que el macrismo endeudo tanto”.

¿Crees posible afrontar la deuda en los términos actuales?

–Sin ningún lugar a dudas va a ser necesaria una reestructuración, seguramente se va poder negociar con el FMI, de hecho ya lo hicieron tres veces, porque será fundamental un modelo que genere divisas también para la necesidad de repago. Y espero que no se llegue al default porque las empresas necesitan dólares para importar insumos y sostener y generar empleo. Las grandes inversiones de infraestructura también necesitan de financiamiento internacional y los exportadores necesitan estabilidad para el acceso al mercado internacional. Es cierto que no se puede descartar la cesación de pagos cuando se observa cómo el Banco Central financia la fuga y empieza a haber miedo en ahorristas, que hoy creo son infundados. Pero aparecen los “animal spirits” de los que habla Keynes, aunque no detecto un cuadro así en este momento.

¿Qué se debería hacer?

–Sostengo que resulta urgente frenar la fuga de capitales, limitar al capital especulativo de corto plazo, y hacer un programa de reestructuración de la deuda en pesos. Todo eso puede evitar el default. Creo incluso que el FMI no esta en contra de que se dialogue para tomar esas medidas. A ellos solo les interesa que se repague los préstamos en la forma que se pueda. Pero hay una voluntad política de este gobierno por ayudar a sus amigos a fugar capitales. No encuentro otra explicación, porque se hizo evidente que esta libertad cambiaria no los favorece.

¿Por qué fracasaron los anteriores acuerdos con el FMI?

–Existe un desequilibrio estructural en la Argentina, que es la falta de divisas, y en 2015 ya estábamos en una situación tensa debido a la restricción externa. Pero el gobierno de Macri se endeudó no para invertir en proyectos productivos y generar así más dólares, sino para financiar la fuga y sostener la bicicleta financiera, todo lo cual agravó el problema. E incluso, cuando se abrazaron al FMI le dijeron que el problema de la balanza de pagos era transitorio, con lo que solicitaron el préstamo stand by de corto plazo, cuando la lógica, si es que se quería recurrir a este organismo, era solicitar el programa para financiar desequilibrios estructurales y de largo plazo; es decir, un crédito Extended Fund Facility.

¿Crees que el FMI se limitó a girar el tipo de crédito pedido por el gobierno o el conjunto de políticas fueron decididas unilateralmente por este organismo? 

–El plan es de ambos, y creo que pesó el sesgo ideológico no sólo del FMI, sino del gobierno, que tiene una miopía ideológica muy fuerte, que desde el comienzo se vio con su apertura de capitales para atraer inversiones, sus metas de inflación o reducción de base monetaria para bajar la inflación. Fue casi como un manual entre Hayek y Friedman, que no tiene nada que ver con este país. Es decir, ideología pura sin el menor pragmatismo.

¿El último acuerdo garantizará algún tipo de sustentabilidad?

–Había quedado muy en tela de juicio el poder de fuego del Banco Central para intervenir en el mercado, y ahora lo recupera frente a la corrida. Es algo útil aunque creo que insuficiente, porque sin control de capitales, pudiendo fugar lo que quieran, sin que el agro tenga que liquidar sus divisas, se trata solo de garantizar la “tablita de Martinez de Hoz” hasta las elecciones. De hecho, estuve en Washington hablando con referentes del FMI, y ellos dice que esto es un plan para llegar a las elecciones. El mismo equipo de Trump dice también que solo se trata de apoyar al gobierno de Macri, por lo que creo que la posibilidad de inestabilidad para después de las elecciones existe para todos. La pregunta igualmente es si les alcanza, ya que necesitan un roll over (refinanciación) de deuda pública del 70 por ciento a corto plazo, lo que incluye deuda en pesos y bonos del Tesoro en dólares, sin contar las Leliq. Estas últimas las podrían llegar a negociar con los bancos.

Neoliberal

¿En qué se diferencia el actual gobierno de las otras experiencias neoliberales?

–Esta es efectivamente la tercera forma de Estado neoliberal luego de la última dictadura y el menemismo. Previo a ello teníamos lo que Guillermo O’Donnell llamaba Estado burocrático autoritario, que no eran de neto corte neoliberal porque buscaban cierta industrialización vertical en algún sector de la economía. Después sí tenemos estos modelos neoliberales, aunque el menemismo fue un poco más pragmático, tardó diez años en chocar.

¿Qué parte de la responsabilidad en la actual situación económica le adjudica el kirchnerismo?

–Cristina misma dice que faltó industrializar con planificación, teniendo en cuenta todos estos eslabonamientos tan dependientes de divisas, ya que el crecimiento por demanda interna y consumo fue fundamental e inteligente, sobre todo cuando el mundo se venía abajo, pero no hubo paralelamente un acuerdo político para la reinversión en sectores productivos, sobre todo el campo. Además la fuga de capitales siguió su tendencia hasta que derivó en el cepo. Tenemos que ser mas meticulosos, no para sacarle al campo, que es el sector mas productivo del país, sino para pedirle que reindustrialice, porque gran parte de la industria esta ligada al campo.

¿Qué más?

–Faltó además escala, por ejemplo con Brasil, y regímenes claves como Tierra del Fuego, que es geopolíticamente muy importante, deberían reverse en su modo de industrialización. Creo que, como en el primer peronismo, faltó planificación, a diferencia del tercero que con el Plan Trienal de los setenta ya se podía encontrar una hoja de ruta más detallada. Eso no quita la importancia de proyectos muy importantes que había como los créditos del Bicentenario, lo que hizo la Secretaría de Comercio con las cadenas productivas, o la administración del comercio exterior. Pero para no chocar con la restricción externa se hubiese necesitado una mayor planificación industrial

@JBlejmar