El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, responsabilizó a los convenios de trabajo del gremio de camioneros por los elevados niveles de precios y ejemplificó con el caso del rubro “alimentos y bebidas”. “En otros países los costos de logística no superan el 11 por ciento del costo total, y en la Argentina ese costo es del 25 por ciento en alimentos y bebidas”, señaló. No es la primera vez que ex asesor y lobbista de grupos empresarios se refiere a las cláusulas de protección del empleo y los salarios como causante de procesos productivos ineficientes y altos precios locales. Frente a la coyuntura actual, PáginaI12 le requirió la opinión a tres economistas sobre tales afirmaciones. Las respuestas de Arnaldo Bocco (Umet), Claudio Lozano (Ipypp) y Horacio Rovelli, volcadas en esta nota, abren un debate sobre las causas de la inflación en Argentina, en particular en el caso de los alimentos, y las razones estructurales que siguen condicionando el desarrollo argentino. Desde distintas miradas, hubo coincidencias en torno al sesgo del gobierno en querer responsabilizar al sector de trabajo por situaciones que, más o menos claramente, se producen justamente por las políticas del Gobierno en defensa de los intereses de los sectores de mayor concentración de ingresos.
Costos “extrasalariales”
Para Sica, es fundamental “modernizar las relaciones laborales” para que la economía argentina gane “productividad”, reduzca costos y sea más competitiva. “Nosotros tenemos costos laborales muy altos para el nivel de productividad que tenemos”, había dicho el propio ministro, pocos días atrás, en una entrevista periodística al referirse a este mismo tema. Este viernes, volvió sobre el asunto al disertar en el seminario “Argentina Exporta”.
“Es realmente insólito que el ministro tenga la maravillosa idea de fijarse en los denominados costos extrasalariales del gremio de camioneros para hablar de los precios de los alimentos”, señaló Lozano, que además es dirigente gremial (ATE), al ser consultado sobre los dichos de Sica. “Es insólito porque lo dice en un contexto en el que el gobierno ha hecho, por vía de saltos cambiarios monumentales y eliminación de retenciones, un alineamiento directo del precio de las materias primas y los productos agrarios con los precios internacionales. Este es el principal tema detrás de la acelerada evolución del precio de los alimentos en Argentina incluso por encima de la media inflacionaria”.
“Es un ejemplo más de la mirada sesgada que caracteriza a la política macrista, en lugar de fijarse en los problemas que generó haber transformado a las materias primas agrarias, así como a la energía, en commodities alineadas con el precio internacional y el valor del dólar, Argentina perdió la oportunidad de capturar la ventaja que significa tener costos de producción claramente inferiores en ambas materias, y en lugar de fijarse en eso y cómo incide en los precios locales, apunta la mirada sobre los costos extrasalariales del convenio de camioneros”, completó Lozano, titular del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp).
“La incidencia de los salarios en el transporte es infinitamente inferior al que pueden tener el costo de los seguros, el combustible, las tarifas e incluso los costos financieros con este nivel de tasas de interés; el planteo del ministro es absurdo”, indicó, por su parte, Arnaldo Bocco, director del Observatorio de la Deuda de la UMET. “Con un nivel de inflación que no baja del 3,5 por ciento mensual, con los alimentos como principal impulsor de los aumentos, no se puede culpar a los trabajadores por la suba de los precios”, agregó. “Incluso cuando los gremios consiguen una recuperación de salarios importante después de haber acumulado una pérdida de casi cuarenta puntos en términos reales en estos tres años y medio. Si un sector gremial tiene posibilidades de recuperarse, es altamente positivo que en la puja distributiva consiga algunos puntos a su favor. Pero ello no quiere decir que ahí está la responsabilidad por la inflación. Seguramente, los aceiteros puedan obtener una mejora salarial en las negociaciones paritarias con respecto a trabajadores de otras actividades, ¿pero alguien puede decir que es por los altos salarios que sube el aceite en las góndolas, sabiendo que es un bien exportable? En vez de decir estas cosas insostenibles, el ministro Sica debería estar preguntándose, o quizás lo debería haber hecho hace ya un buen tiempo y no ahora al final del ciclo, sobre la mala praxis de este gobierno en políticas que tienen que ver con la inflación y los ingresos”.
Horacio Rovelli, economista de EPA (Economía Política para la Argentina), aportó su análisis señalando también el error de enfoque de los funcionarios del gobierno. “Los industriales ya consiguieron que la depreciación cambiaria, del año pasado hasta acá, haga que el salario en dólares en la Argentina sea menor que en Brasil. Ese no es el problema para ellos, la inflación se produce por la combinación perversa del tipo de cambio y la tasa de interés”, subrayó. Citó un ejemplo para graficar la situación: “Si la botella de aceite mezcla de 900cc está en el mercado de Amsterdam a un precio equivalente a dos dólares, entonces acá va a valer 92 pesos. En el caso del dólar hay una relación inversamente proporcional entre el precio de la divisa y el salario real, cuando aumenta el dólar cae el salario real, porque consumimos básicamente el bien que exportamos”.
“Reformas necesarias”
Dante Sica aludió, además, a lo que él considera “las reformas necesarias que permitan hacer más eficientes los procesos productivos y poder ganar nuevos mercados”, reformas que incluyen “modernizar nuestras relaciones laborales, para que los costos extrasalariales empiecen a ser menores y permitan mayor adaptación a las nuevas tecnologías”. Y apuntó que “uno de los principales es el costo de la logística, que va desde puertos más eficientes, y todos los que están involucrados en el proceso de la logística, en especial los temas del gremio de camioneros”.
A este respecto, Claudio Lozano comentó que “cuando Sica menciona los costos laborales extrasalariales, de lo que está hablando es de las multas que pueden tener los patrones ante el incumplimiento de determinados derechos laborales, los costos ligados con los accidentes de trabajo, la eventualidad de juicios ante incumplimientos. Es decir, todas cosas que tienen que ver con las condiciones que hacen al empleo, en realidad cuestiones que se activan cuando el patrón no cumple con sus obligaciones”.
“Que después diga que el problema pasa por la eficiencia de los puertos y de las vías de comunicación, la verdad es que en Argentina, desde Menem para acá, los puertos están controlados por las corporaciones privadas. Una mayor eficacia en materia portuaria probablemente implicaría un mejor y mayor papel del Estado en estos sectores. Y asombra que en materia de transporte no le preocupe, por ejemplo, la reducción de costos que supondría poner en marcha un sistema de transporte donde el ferrocarril, sobre todo para largas distancias, ocupe un lugar central, incluso por encima del sistema de camiones. La dependencia del camión también es un elemento que sube costos, pero por ausencia de una política de transporte adecuada que privilegia el sistema automotor por encima del transporte ferroviario, no por los convenios laborales”.
Agregó además que “en buena parte de la cadena alimentaria, desde leche, cítricos, frutas, yerba y hasta la producción de los quinteros del cordón metropolitano, la diferencia de precios entre lo que recibe el productor y lo que cuesta una vez que pasa por la cadena de agroindustrial y de comercialización, indica que hay otros temas que hacen a la morfología del mercado, a la capacidad de fijación de precios de los grandes consorcios agroindustriales y de los hipermercado’s, además del transporte. Me parece que en vez de contemplar esta realidad, que pretenda meterse con el tema de las conquistas del gremio de camioneros es simplemente reproducir la lógica de que el problema de este país son los trabajadores, los pobres y los jubilados, que es la lógica de este gobierno, que resuelve bajando el salario, las políticas sociales y el financiamiento del sistema previsional. El problema es de inversión, por una lógica de funcionamiento de los grandes capitales, que acumulan sobre la base de la capacidad de capturar y manejar monopólicamente los mercados, tener capacidad de control sobre los recursos naturales y acumular a expensas de los propios recursos del Estado. No aportan impositivamente y buena parte del excedente lo fugan. Esa lógica es la que, en todo caso, deprime los niveles de inversión y actúa como límite al desarrollo argentino. El problema no son los trabajadores y los pobres, el problema son los grandes capitales y los millonarios”.