Me dirijo a usted para solicitarle en nombre de todos los radicales del país que seguimos creyendo en los valores fundacionales de nuestro partido, tenga a bien pronunciarse enérgicamente sobre los hechos de público conocimiento que podrían salpicar con vergüenza nuestros ideales partidarios.

En las últimas horas nos hemos anoticiado de la decisión del gobierno de Cambiemos de aprobar un acuerdo que podría licuar la deuda millonaria del Grupo Socma, propiedad de familiares del Presidente.

Debemos recordar que en los años '90, en pleno proceso menemista de vaciamiento del Estado, el Grupo Socma, con el protagonismo del actual mandatario nacional como accionista de la compañía, se quedó con la empresa Correo Argentino.

A finales de los '90 y comienzo de los 2000, el grupo decidió desprenderse de la empresa adquirida, dejando una deuda monumental con el Estado, una compañía en ruinas y centenares de trabajadores en la calle.

Ahora, en pleno proceso de reclamo, y tal como lo explica la fiscal que atiende el caso, proponen una quita de esa deuda, dejando a la familia presidencial prácticamente exenta de su obligación de pagar las consecuencias por los daños ocasionados al patrimonio de todos los argentinos.

No hace falta recordar las facilidades que le otorgó el mismo kirchnerismo al grupo Socma para llegar a esta fecha sin el conflicto resuelto, dejando en claro que para este grupo el dinero es el único valor que sostiene las decisiones.

Bajo ningún argumento podemos aceptar los radicales semejante violación a nuestros valores, siendo cómplices de prácticas inmorales que son una continuidad del capitalismo de amigos. 

Esta lamentable decisión del gobierno, exhibe con claridad lo que le venimos reclamando a usted desde aquel día que se concretó el acuerdo de Gualaguaychú, que fue la peor decisión de la historia de la UCR y que ató al partido a un programa de gobierno que se encuentra, como siempre lo remarcó Raúl Alfonsín, en las antípodas del pensamiento radical.

¿Lo imagina a don Arturo Illia asociado a este grupo, y guardando silencio sobre semejante bochorno? ¿Lo imagina a Raúl Alfonsín aceptando formar parte de un gobierno de empresarios de la política que aprovechan, como en los '90, cada oportunidad que tienen en el gobierno, para incrementar sus patrimonios?

Ustedes sostuvieron este acuerdo con el PRO argumentando que se trataba de un cambio moral, y lejos de estar cumpliéndose ese mínimo objetivo, la sociedad observa cómo el presidente usa los vehículos aéreos del Estado para mandar a buscar a su familia a Punta del Este, o cómo utiliza los decretos presidenciales para modificar leyes que beneficien a los familiares de los funcionarios en la ley de blanqueo de capitales.

¿Usted cree que la historia de la UCR puede seguir sosteniendo estas acciones que se contradicen con los principios éticos fundamentales del partido, pero también con las principales banderas políticas y económicas que nos permitieron ser una fuerza popular?

Le exigimos que hable, que se manifieste. Hay que devolverle a la Unión Cívica Radical la identidad que jamás debió perder de cara a la sociedad.

* Diputado Provincial y ex vicegobernador de Santa Fe