Escrita en 2006 por Juan Mayorga, dramaturgo, matemático y filósofo nacido en Madrid, La paz perpetua hace referencia desde el título al ensayo del mismo nombre que Kant escribió a fines del siglo XVIII. La obra dialoga con la idea del pensador alemán acerca de la posibilidad de alcanzar la armonía universal a través del sentido común. Así, presenta a un grupo de perros de diversa raza y edad en trance de ser examinados individual y colectivamente por un hombre y un perro veterano, con el objetivo de detectar cuál de ellos es el animal ideal para el combate. La competencia deja al descubierto dilemas éticos que rodean a la cuestión de fondo: ¿Cuál es el límite que deberían observar los Estados al abordar la lucha antiterrorista? Esta pregunta guía el montaje del director español Guillermo Heras, quien presenta este texto en Andamio`90 (Paraná al 600). Actúan Francisco Donovan, Mariano Mandetta, Gustavo Pardi, Julián Pucheta, y Carlos Sims.
Heras, un conocedor del teatro latinoamericano, es también un profundo conocedor de la obra de Mayorga, con quien integraba en los ’90 el Teatro del Astillero, compañía donde dirigió las primeras obras del autor de Cartas de amor a Stalin. Cuenta Heras en diálogo con este diario que fue durante los ensayos cuando descubrió ciertas correspondencias de esta obra con el entremés de Cervantes El coloquio de los perros. “También hemos pensado en las fábulas de La Fontaine o en Perrault, autores de textos que presentan a animales humanizados”, señala el director y agrega:. “La paz…es una fábula moral sobre los límites que debería observar un Estado que, para salvaguardar la democracia enfrenta un combate sin medir las consecuencias”.
–Usted estrenó muchos espectáculos en el circuito oficial y ahora lo hace en una sala del circuito independiente.
–Creo mucho en la autogestión, en hacer sostenible un proyecto sin depender del Estado. Pero también creo que habría que encontrar un punto intermedio entre la dependencia absoluta y la autoexploración de los teatristas, algo que se da tanto en el trabajo creativo de esta ciudad.
–Ya puso otros textos de Mayorga. ¿Qué lo decidió a hacer este montaje?
–Cuando estrenó esta obra José Luis Gómez en el teatro María Guerrero pensé que yo podía hacer una lectura distinta a aquella puesta, utilizando pocos elementos. Aquí cuento con la escenografía que me da el propio espacio y unos actores que hacen un juego expresionista. Hemos trabajado con recursos que no son los que parten de la reproducción de lo natural.
–¿Sobre qué ideas trabajó?
–Sobre mi preocupación por lo que llaman “efectos colaterales”, por la posverdad y por las formas en que el poder utiliza los atentados terroristas para que terminen pagando justos por pecadores. Pero a pesar de los temas que trata esta obra, el humor cervantino y la ironía nos dejan hablar de la crueldad sin ponernos solemnes.
* La paz perpetua, los martes a las 20, Andamio´90 (Paraná 660).