“Quienes aspiren a cargos por elección deben escuchar y definirse. No hay dos bandos, hay defensa de derechos para una vida digna o sometimiento de cuerpos a decisiones impuestas por definiciones fundamentalistas y reaccionarias. Todos los temas trascendentales que impactan en la sociedad ‘dividen aguas’, que sería una manera de describir posiciones e intereses diferentes. Los que hacen a los derechos en especial suelen ser demorados con excusas que remiten a otras urgencias”, señaló Elsa Schvartzman, socióloga y docente de la UBA, e Integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto desde sus comienzos, como parte del Foro por los Derechos Reproductivos, sobre la discusión de si un tema como el del aborto debe discutirse en un año electoral. En diálogo con PáginaI12 se refirió a la nueva presentación del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo que este martes vuelve a la Cámara de Diputados, destacó los cambios más significativos que trae el proyecto y se refirió a la necesidad de volver a debatirlo este año.
–¿Qué destaca de las modificaciones del nuevo proyecto?
–Este nuevo texto fue trabajando por un importante grupo de compañeras integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de distintos territorios y especificidades, quienes conformaron una comisión redactora. Sumaron sus experiencias y saberes y partieron del texto presentado en el 2018, recuperando los debates en el Congreso. Ese producto se discutió en una plenaria de la Campaña este año en la ciudad de Córdoba y luego de dos días se llegó a acordar el texto que se presenta ahora. Un cambio en su redacción es que está organizado en tres capítulos con sus artículos pertinentes. Entre otros puntos a destacar: “En ejercicio de sus derechos humanos, toda mujer u otras identidades con capacidad de gestar tienen derecho a decidir voluntariamente y acceder a la interrupción de su embarazo hasta las catorce semanas, inclusive, del proceso gestacional”, lo establece como bien jurídico protegido, y expresa que interrupción voluntaria del embarazo y aborto son considerados términos equivalentes, que el término salud integral debe interpretarse sin excepción conforme a la definición que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se incorpora el Capítulo III que trata específicamente sobre “Políticas de salud sexual y reproductiva” y “Educación sexual integral”.
–¿Cree que se tiene que tratar en este año electoral, dado que es un tema que divide aguas?
–Sí, creo que es fundamental que se trate y especialmente este año. En el 2018 hubo un pronunciamiento claro de la sociedad en sostener la necesidad del derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Quienes aspiren a cargos por elección deben escuchar y definirse en consecuencia. No hay dos bandos, hay defensa de derechos para una vida digna o sometimiento de cuerpos a decisiones impuestas por definiciones fundamentalistas y reaccionarias. Todos los temas trascendentales que impactan en la sociedad “dividen aguas”, que sería una manera de describir posiciones e intereses diferentes. Los que hacen a los derechos en especial suelen ser demorados con excusas que remiten a otras urgencias. Después de tantos años y crecimiento en el consenso social, no hay lugar para indefiniciones engañosas. La despenalización y legalización es urgente, no hay más tiempo que perder. El derecho a la salud, a una vida digna y autónoma de muchísimas mujeres y personas con capacidad de gestar depende del tratamiento y aprobación de este proyecto
–¿Cómo analiza que es la octava vez que se presenta? ¿Desde la primera hora hasta ahora que cambió?
–En principio diría que la persistencia es una muestra más de la justicia y validez de nuestra lucha y exigencias. Conseguir la discusión y aprobación de nuestro proyecto en el Congreso fue y es uno de los objetivos importantes de la Campaña. El año pasado marcó un hito importante en esta historia. Hubo cambios importantes desde el lejano 2007 en el que se presentó por primera vez: la incorporación expresa como sujeto de la ley de toda persona gestante, la cantidad de semanas que se propone (de 12 a 14), no figura en el texto la objeción de conciencia, y se sacó necesidad de denuncia ante una violación. Todos estos cambios ya en el texto presentado en el año 2016 respondieron al avance de nuevos derechos establecidos en el cuerpo normativo desde la primera presentación.
–¿Hace cuánto milita por la legalización del aborto?
–Desde que me acuerdo reconocí el derecho al aborto como decisión de autonomía. Mi acercamiento a esta militancia fue a través del Foro por los Derechos Reproductivos y a las compañeras históricas; podría decirse que fue antes de ayer, si tenemos en cuenta las décadas que lleva esta lucha. Integro la Campaña cuando junto a tantas maestras de diferentes espacios la empezamos a soñar... Desde esos primeros momentos, recuperando la historia que llegó hasta las jóvenes de hoy, seguimos en Campaña, identificadas con nuestro pañuelo verde. No más estigma, ni secreto, ni vergüenza y entre todas, todes, todos lograr una vida digna de ser vivida en un mundo que pretendemos cada vez mejor.