El diputado provincial Leandro Busatto advirtió ayer sobre la forma de selección de los dos nuevos cargos máximos de la justicia provincial: el de Fiscal General y el de Defensora General. Para el legislador, en el primer caso --la posible elección de Jorge Baclini, actual fiscal de Rosario-- demuestra "una sintonía política". Si el cargo de Defensor General quedara en manos de Jaquelina Balangione habría un inocultable "conflicto de intereses". Es que la actual camarista santafesina es la esposa del integrante de la Corte Suprema Rafael Gutiérrez. De concretarse dos de las tres partes en que se divide simbólicamente el servicio de justicia, quedarían bajo un mismo techo.
--¿Cómo analiza el proceso de selección de Fiscal General y de Defensor General? -preguntó Rosario/12 al diputado Busatto.
--Me parece que los concursos están enmarcados en el ámbito de la formalidad y la legalidad, más allá de lo cual estamos reclamando desde hace tiempo que el Poder Legislativo tenga injerencia directa en estos trámites, para ahorrarnos etapas que llegan posteriormente y que no son compatibles para designar a funcionarios de tamaña características. Así que si bien están enmarcados entre los trámites de legalidad que le corresponden al gobernador, nosotros tenemos algunas comprobaciones de que estas dos designaciones, la del Fiscal general y la de Defensor general, marcan una sintonía entre algunos sectores del Poder Judicial y el Poder Ejecutivo. Esto muestra un proceso básicamente de relación política directa entre algunos ámbitos de la Corte, el Ministerio de Justicia y algunos actores del Ministerio Público de la Acusación. Un ejemplo puntual lo pudimos ver cuando el ministro de Justicia, Ricardo Silberstein, nos visitó el año pasado en la Legislatura y llevó estadísticas sobre el funcionamiento del MPA, que fueron entregadas por el Fiscal regional de Rosario Jorge Baclini, y no por el fiscal general Julio de Olazábal. Esto demuestra la sintonía política y el entendimiento de Baclini con el Ministerio de Justicia: De Olazábal no era quien marcaba ni conduce hoy la estrategia política del MPA sino el propio Baclini.
--¿Qué piensa de la posible designación de Jaquelina Balangione?
--En el caso de Balangione, habrá que ver cómo termina el concurso, pero aparece como la candidata mejor posicionada, pero tiene una íntima relación con Rafael Gutiérrez (es su esposa), quien fuera presidente de la Corte hasta hace poco tiempo. Esto responde sin dudas a un entendimiento político y es un guiño hacia la Corte. Esto implica un guiño del Poder Ejecutivo hacia un sector de la Corte, que son los mismos que habían sido muy críticos por la designación de Gabriel Ganón.
--¿Cómo analiza que se ponga en una pareja al menos dos de los tres divisiones de la propia justicia, entendiendo que la tercera es la Fiscalía?
--Evidentemente el concurso no está finalizado por lo cual sería apresurado darle entidad al tema como cosa cerrada. Pero lo que hay que evitar es el conflicto de intereses: de alguna manera que el Ejecutivo tome decisiones y coloque personas que de alguna manera tengan el riesgo de representar los mismos intereses. Creo que ahí hay que procurar claramente tener una visión institucional que permita fundamentalmente desenrostrar la cosas del Poder Judicial que funcionan mal, especialmente la parte de la justicia de los más humildes y los más vulnerables que es en definitiva lo que hizo y lo que molestó de Ganón. Lo que me preocupa es que los mismos sectores a los que se le reclama que abran el accionar de la justicia, sean hoy los que puedan representar institucionalmente a quienes no tiene acceso a la justicia-.
En rigor los aspirantes a reemplazar a Ganón al frente de la Defensoría que integrarán la terna a considerar por el gobernador ya están definidos. Además de Balangione, se anotaron el abogado penalista local Paul Krupnik y la actual defensora regional de Reconquista, Ariana Quiroga. Según el jurado, los superaron "ampliamente las pautas de evaluación", de acuerdo al formato de selección que desde hace un tiempo a esta parte no colocan puntaje alguno.
Balangione nació en Santa Fe el 1965, se graduó de abogada en la UNL en 1990, donde también obtuvo el título de abogada especializada en derecho penal y mediadora judicial. Ejerció la profesión de abogada durante 15 años e ingresó al Poder Judicial en 2006 como secretaria del juzgado de Menores, accediendo luego al cargo de juez correccional, en 2013 fue designada vocal de la Cámara Penal. Es becaria del programa "Justicia en cambio", de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos. De resolverse por este nombre, la pareja manejaría gran parte de las causas judiciales de toda la provincia: una como defensora, el otro como juez supremo.
La elección final del cargo de Defensor General tiene al menos otras variantes: elegir a Balangione, enviar el pliego de Krupnik -resistido por algunos oficialistas- o declarar la terna desierta. Es que Quiroga tuvo un problema delicado de salud, está con licencia médica y está tramitando su jubilación. Para los que no apoyan el pacto con un sector de la Corte, esta sería la salida buscada. Aunque en rigor los modos del actual gobierno dejan dudas: es que aceptó que el secretario de Asuntos Penitenciarios Pablo Cococcioni concurse para el cargo de Fiscal General --quedando en la terna final-- sin dejar el propio. Esto puede adelantar cuál será el camino a elegir por el gobernador.