El martes de la semana pasada, los trabajadores de la fábrica metalúrgica Eitar se enteraron que la planta había sido vaciada de toda información contable y financiera por encargo de los directivos, lo cual desencadenó el cierre de la empresa. Dos días después, sus responsables les comunicaron de palabra que Eitar iba a la quiebra, dejando sin empleo a 220 personas. Ahora los despedidos negocian en la Secretaría de Trabajo del Ministerio de Producción la posibilidad de crear una empresa recuperada. En 2013 llegaron a ser 400 empleados para atender una producción record. El estancamiento de 2014/2015 se convirtió luego en caída libre por el ingreso de productos importados y por la contracción del mercado interno, configurando un escenario demoledor para la firma. Según datos de Adimra, que agrupa a las empresas del sector metalmecánico, en el primer trimestre de 2019 el 50 por ciento de las metalúrgicas redujeron su plantilla de personal.
Eitar está ubicada en Bernal, en el conurbano bonaerense. Durante 60 años se dedicó a la fabricación de accesorios para artefactos a gas, como válvulas de hornos y el sistema de piloto para termotanques y estufas. Domina el mercado del sistema de piloto y compite con otra empresa ubicada en Burzaco en el rubro de las válvulas. “Desde 2005 se produjo un crecimiento sostenido hasta que llegamos a ser 400 trabajadores en 2013. Después empezaron a no renovar los puestos que se perdían a causa de jubilaciones o retiros a pesar de la producción record. En 2016 tuvimos un conflicto muy grande, con 70 despidos y un mes con la fábrica tomada”, contó a este diario Marcelo Delgado, delegado de Eitar.
“La importación de válvulas provenientes de China complicó mucho las cosas, también el ingreso de termostatos. Los costos del importado son más bajos, sumado a la caída del consumo”, agregó Delgado. Las estadísticas de Adimra muestran que la producción metalúrgica promedio de 2012-2015 se redujo un 8 por ciento en 2016, se mantuvo en ese nivel en 2017 y luego volvió a caer un 3,4 por ciento en 2018. En el primer trimestre de este año, la baja ya es del 8,1 por ciento contra igual período del año pasado. El escenario de estancamiento de los últimos años del gobierno anterior se transformó en un rápido deterioro de la rentabilidad empresaria y del empleo. Hasta marzo, la mitad de los empresarios metalúrgicos redujo su plantilla de personal a raíz de la caída del consumo y el endurecimiento de las condiciones crediticias, “revelando un importante deterioro en el nivel de empleo”, indica el último informe de Adimra. La utilización de la capacidad industrial del sector está en un piso del 50 por ciento.
A pesar del fuerte achicamiento de personal en 2016, Eitar no repuntó y en 2017 entró en convocatoria de acreedores, situación en la que sigue en la actualidad a pesar de que “de palabra” se les adelantó la quiebra a los trabajadores. “Estábamos con un esquema de suspensión de la producción porque no teníamos materiales a raíz de las deudas con los proveedores, que sólo entregaban si se les pagaba en efectivo. En ese contexto nos enteramos que habían entrado por detrás del galpón a vaciar toda la información contable y financiera de la empresa. Se llevaron todos los archivos. De ahí en más nos quedamos en la planta y los directivos nos adelantaron que iban camino a la quiebra”, detalló Delgado.
La quiebra está vinculada al peso de las deudas y los pedidos de embargo por parte de la AFIP y del banco HSBC. Los representantes gremiales de la UOM mantuvieron este lunes una reunión en la Secretaría de Empleo a cargo de Lucas Fernández Aparicio, en donde les habrían asegurado que seguirían cobrando el Repro, que cubre una parte del salario de los trabajadores.
Mientras tanto, analizan la posibilidad de iniciar el largo camino de la recuperación de la empresa por parte de los trabajadores bajo el esquema de una cooperativa de trabajo. “Es una posibilidad. Yo provengo de la seccional Quilmes de la UOM, en donde tenemos varios casos. Está la ex Polimec –Cooperativa Felipe Vallese–, Crometal Estructuras, la ex Raimat –Presidente Néstor Kirchner–, entre otras. La mayoría viene de la crisis de 2001, ahora repetimos la historia”, lamenta Delgado.