La Cámara de Apelaciones agravó ayer la condena para tres policías en el caso Mafud, el hombre perseguido y asesinado a balazos en 2014, y por quien la fuerza le plantó un arma y falseó el acta de procedimiento. Casi cinco años después, el delito fue re calificado y las penas, modificadas: al ex policía Matías Ricardo Maidana le aumentaron la condena de cuatro años de prisión efectiva a 11 años y medio. Es que la primera carátula fue la de "homicidio cometido en exceso del deber en concurso real con falsedad ideológica de instrumento público", pero se la corrigió por la figura de "homicidio calificado por el uso de arma de fuego". "La decisión que votaron los camaristas Daniel Acosta y Guillermo Llaudet se da en estos momentos tan delicados en los que se discute políticamente los límites al ejercicio de la violencia policial. Y viene a traer un poco de desahogo a la familia de Iván Mafud, asesinado de manera salvaje por la policía que se desplegó articuladamente para encubrir el brutal crimen, tal como quedó demostrado en el juicio", dijo el abogado qurellante Gabriel Ganon, ex defensor general de Santa Fe. "Así alteraron la escena del crimen con los jefes del Comando y de policía vial a la cabeza para hacer pasar el asesinato como enfrentamiento. Con ese objetivo plantaron un arma y alteraron actas. El fallo de Cámara revoca el anterior, agravando una condena que, además, no ponía al descubierto todo el trasfondo", remarcó el letrado.

Acosta y Llaudet, a los que se sumó el camarista José Luis Mascali, también revocaron parcialmente las sentencias dictadas por sus colegas de primera instancia contra Gerardo Javier Amarilla y Jonatan Gabriel Sánchez. En tanto, a Amarilla se lo encontró responsable del delito de falsedad ideológica, por lo que el Tribunal lo condenó a un año y seis meses de prisión condicional, además del cumplimiento de reglas de conducta por el término de dos años, fijar residencia y someterse al control del Servicio de Asistencia y Control Pos Penitenciaria y abstenerse de relacionarse con familiares de la víctima y su entorno.

Una decena de patrulleros persiguió a tiros a Mafud, quien

huía desarmado. Luego de fusilarlo, le plantaron un revólver.

 

Sin embargo a pesar de la ampliación de la condena, para el abogado Ganon "igual es insuficiente porque como querella queríamos la condena de todos los policías que dispararon sobre una persona indefensa para matarla. La Cámara condena al autor del disparo fatal, pero el resto falsificó todo y fue condenado por eso, permanece impune en cuanto a los disparos. Así siguen impunes los jefes que monitorearon todo el proceso de fraude", señaló. "Se dijo lo que fue: un asesinato. Pero aún falta (sancionar) las responsabilidades de esos jefes y alguna vez también tendrán que rendir cuentas los responsables políticos como Raúl Lamberto y Maximiliano Pullaro, que avalaron y avalan hechos como este con sus discursos", cerró el letrado.

Ivan Mafud tenía 26 años, una pareja y cuatro hijos. La madrugada del 8 de septiembre de 2014 circulaba en un Fiat Marea bordó cuando, a las 3.10 se cruzó con el móvil policial N° 4449 en Ovidio Lagos y Coronel Arnold. En la patrulla iban Oscar Jáuregui y Eva Monzón. Según la versión policial, el auto de Mafud dobló a alta velocidad frente al patrullero del Comando Radioeléctrico y no llevaba la patente trasera. En el trayecto de la "frenética persecución", de la que participaron seis móviles policiales, se unió el móvil de Seguridad Vial N° 5777 en el que iban los oficiales Leonardo Malisani, Víctor Vélez y Diego Franco. Se sumó la patrulla 5105 a cargo de Alfredo Correa y Matías Maidana. Luego el móvil 5094 con los agentes Ayelén Bustamante y Walter Machuca. También se acopló el patrullero 5100 con Gerardo Amarilla y Jonatan Sánchez, todos del Comando.

La persecución transcurrió por el extremo sudoeste de Rosario, y siguió por la ruta A-012 hacia el norte. En el kilómetro 47, cerca de Roldán, el Marea quedó encajado en un zanjón, y a Mafud lo acribillaron: 19 balazos policiales al auto, y 6 entraron en el cuerpo de la víctima. El fiscal Miguel Moreno y la querella habían pedido prisión perpetua para los tiradores, 10 años para el jefe y subjefe del Comando Radioeléctrico, quienes llegaron a la escena después del crimen, y 8 para el resto de los uniformados por encubrir, robar efectos de la víctima y falsificar el contenido del acta policial, la que tildó de "una verdadera vergüenza y una mancha para toda la Policía Santa Fe".