Poema del ausente
En mi futuro,
un perfume dejara de ser recordado
ni contara con la suerte de una flor vacía.
La espera devoró mis manos
me dejó desnudo
inclinado como un engranaje
en miserable simetría.
Cierro los ojos,
mi venda es el pozo
en el que cae un beso despintado.
Una ráfaga de pétalos transparentes
enfrían mi postura
hacen ruido a final.
Tu estela se escapa como una espina
que viaja en balsa
con destino al miocardio
Recuerdo,
eras un sapo
comiéndote un centavo.
Come
Te prohíbo!
Te pido...
Come mis sobras
come la piel
mi barro
Lo que nadie come.
Come con la mano
con tus iris
mis huesos negros
cada huevo
guarda en tu memoria
mis semillas.
Come
Lo que no conozco
Lo que no siento
mis sombras, mi pudor
no respires
come todo.
Enlaza con tu lengua
las hebras de mi pubis
pelea en tu garganta
la fibra del buche y mis cartílagos.
Destroza tus dientes
Devora mi nombre
Déjame sin jugos
Llévame en tu sabor.
Olvida tu avaricia
y con tu pulso tembloroso...
convídame el desgarro del goce.